Comerciantes ganan 500 pesos diarios con los «turistas» del socavón de Zacatepec
Osvaldo Macuil / @OsvaldoMacuil
Mientras el socavón se convirtió en una calamidad para la familia Sánchez Xalamiahua porque su casa será tragada por el agujero, algunos pobladores han encontrado una oportunidad de negocio, gracias a la cantidad de curiosos que están llegando a la zona.
Antes de este fenómeno natural, Santa María Zacatepec, una comunidad de Juan C. Bonilla, era una más de Puebla. Casi nadie volteaba a verla y mucho menos sabían que estaba en el mapa.
De Juan C. Bonilla hemos escuchado hablar un poco los últimos meses debido a una rebelión de un grupo de pobladores que le declaró la guerra a Bonafont y se apostó en sus instalaciones para evitar que sigan extrayendo el agua.
Ahora, con la abertura de la tierra, que ya tiene una extensión cercana a 130 metros de diámetro, cuyas causas aún se desconocen, los «turistas» llegan a racimos.
De acuerdo con los pobladores, de lunes a viernes, llegan al menos 500 personas a observar el socavón y a tomarse fotografías, a pesar de que las autoridades insisten en que no se acerquen por el peligro que existe de que se siga derrumbando.
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Esto fue visto como una oportunidad de negocio por algunos pobladores, quienes viven en condiciones precarias, debido a que la actividad principal de la zona es la agricultura o laborar en alguna fabrica aledaña.
En la zona ya podemos ver gente que vende botanas, nieves y hasta pusieron un puesto de memelas. Algunos de estos comerciantes ganan hasta 500 pesos diarios, casi el triple de lo que obtenían antes de que se generara el socavón.
Otros pobladores visionarios colocaron letreros de «estacionamiento socavón» para que la gente que llegue en auto deje en un lugar seguro su unidad.
«Ayer me gané 500 pesos, pero los fines de semana viene mas gente».
Protección Civil comenzó a retirarlos del lugar a partir de este miércoles 9 de junio, pues según ellos, incentivan la llegada de turistas.
Los comerciantes les argumentan que es una manera legal de ganarse la vida.
«Yo soy viuda», dice una señora que vende nieves.
Así, de un día para otro, un fenómeno natural llegó a cambiar radicalmente la vida de los pobladores de Zacatepec, para bien o para mal.
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