“A veces nuestros cuerpos alimentan a los perros. Tuve suerte de haber sobrevivido”, fueron las fuertes declaraciones de Khatera, de 33 años, luego que los talibanes le arrancaron los ojos cuando tenía dos meses de embarazo.
El ataque lo organizó su propio padre quien era talibán y le dispararon al menos ocho vece, cuando salía de trabajar en la provincia afgana de Ghazni.
“Ellos primero nos torturan y luego descarnan nuestros cuerpos para mostrarlos como muestra de castigo”, confesó y mostró las cicatrices de sus profundas heridas con un cuchillo.
Comentó que el régimen talibán en Afganistán es un infierno para las mujeres y niños, pues no los consideran como seres humanos, solo como un pedazo de carne para maltratar.
«Nuestros cuerpos alimentan a los perros»
Actualmente vive en Delhi con su hijo y su esposo, sin embargo, externó su preocupación por las mujeres de su país.
“Los talibanes no permiten que las mujeres visiten a médicos varones y, al mismo tiempo, no permiten que las mujeres estudien y trabajen. Entonces, ¿qué le queda a una mujer? ¿Abandonada para morir? (…) No solo matan mujeres, a veces nuestros cuerpos alimentan a los perros”, afirmó.
Tras la toma del poder, los talibanes prometieron amnistía y respetar los derechos de las mujeres, pero continúan prohibiéndoles trabajar y siempre deben salir acompañadas por un hombre.
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Con información de Proceso
