El punto de reunión de las feministas de Puebla fue la iglesia de San Francisco. La marea verde llegó poco a poco para sumarse a la movilización por el Día de la Acción Global por un Aborto Legal Seguro y Gratuito. Su destino el Congreso de Puebla, en donde ya están obligados a eliminar la criminalización contra las mujeres que aborten por mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El recorrido cambia de trayectoria. Esta vez no marcharán por el bulevar 5 de Mayo. Tomaron la 12 Oriente, dieron vuelta en la 2 Norte hasta la Reforma.
Entre gritos de “va a ser ley” y “aborto sí aborto no, eso lo decido yo”, las feministas poblanas recorrren las calles del primer cuadro de la ciudad.
Las mujeres van acompañadas de sus hijos, mascotas, amigas, parejas. Todas con una sonrisa en la cara y alguna prenda color verde y moradas, característicos del movimiento feminista.
Algunos locatarios deciden bajar las cortinas de sus negocios para evitar que sean pintados, como en ocasiones anteriores.
Un grupo provida y católico aparece por primera vez en el recorrido en la iglesia de Santa Teresa en la 2 Norte y 8 Oriente.
Forman una cadena human para impedir que pinten el templo. Pero ni con sus crucifijos y rosarios pudieron impedirlo.
En la avenida Reforma, una persona en situación de calle las encara y les grita que el aborto era un asesinato.
Unos pasos adelante llegan al segundo inmueble religioso custodiado por el grupo provida, quienes con mirada penetrante les muestran su desprecio.
Con el fallo histórico de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en Coahuila, el aborto está cada vez más cerca de ser una realidad en Puebla, un estado altamente conservador.
Frente a la Catedral de la ciudad de los Ángeles hay 30 personas formando una cadena humana, tomados de la mano ven a las mujeres desfilar. De nueva cuenta rezan.
Al llegar al Congreso del Estado un grupo de policías resguardan la sede del Poder Legislativo Estatal, no quieren que sea dañado, como ocurrió en marzo cuando quemaron la puerta de madera.
Una joven lee un pliego petitorio. Las demandas a los diputados son las mismas que desde 2009, cuando aprobaron criminalizar a las mujeres que abortan: cambiar el Código Penal y despenalizar.
Al final de la marcha, las feministas brincan, cantan, bailan, porque saben que cada vez están más cerca el aborto legal y seguro.
Ya entrada la noche la escena se repite en la Catedral. Hombres y mujeres rezando y pidiendo a Dios que le saque el diablo a las jóvenes poblanas, quienes buscan que se aborde un asunto de salud pública que ha cobrado miles de vidas por tratarse en la clandestinidad.
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