Lo advertimos en este mismo espacio en su debido momento: Tecamachalco era una bomba de tiempo desde que el alcalde Ignacio Mier Junior le entregó el control de la seguridad del municipio al oscuro Alejandro Santizo.
En una semana el proyecto político de la marca Mier en Puebla rumbo al 2024 se acabó.
De ser recibido por el presidente Andrés Manuel López Obrador tras la aprobación del PEF del próximo año a ser nombrado, sin ningún sentido, como delegado de Morena en Durango, a convertirse en la peor casta de la política en Puebla sin ninguna proyección a futuro en el corto plazo.
Y es que, la familia Mier Bañuelos inició desde este año una operación en la que aprovecharían el Congreso del estado, con la presencia ahí de Daniela Mier, y el Ayuntamiento de Tecamachalco, presidido por Ignacio Mier, para posicionar la marca rumbo a la sucesión en la entidad y ser un contrapeso del gobernador Miguel Barbosa.
En el Legislativo, Daniela quedó en ridículo al sumarse al G5, en alianza con los infames Carlos Evangelista y Edgar Garmendia; mientras que Nachito pondría al servicio de su papá el presupuesto tecamachalquense como caja chica para financiar su campaña como aspirante de Morena al gobierno del estado.
Desde la esfera nacional, Mier Velasco aprovecharía su posición de lujo como presidente de la Cámara de Diputados y su cercanía con López Obrador para conseguir los vistos buenos necesarios para amarrar su postulación como el abanderado del Movimiento Regeneración Nacional en Puebla.
Quedó claro que no es lo mismo la política de lobby, a esa que está acostumbrado Ignacio Mier Velasco, que gobernar un municipio por pequeño que sea, como el caso de su vástago, quien no pudo ni navegar dos meses sin que su municipio terminara en llamas ante sus nulas capacidades como administrador público o representante popular.
Barbosa Huerta lo venía insinuando desde que Ignacio Mier comenzó con su trama de pelearle le poder del estado. Desde Zacatlán, durante la toma de protesta de José Luis Márquez como edil, el mandatario poblano sabía la granada que estaba a punto de estallar en Tecamachalco.
“Los júniors desprestigian a la política, son los fantoches de los privilegios”, fueron las palabras que hoy retratan a la perfección las desgracias de la familia Mier.
Hoy, el mandatario poblano volvió a hacer hincapié en el daño que Ignacio Mier y sus hijos le están causando a Puebla por la necedad de heredar el poder como en los viejos más oscuros y rancios del priismo, en donde se forjó el diputado federal.
El discurso ofrecido por Barbosa a los deudos de los tres ministeriales ejecutados por los policías del hoy detenido Alejandro Santizo durante la ceremonia luctuosa de este domingo tuvo bastantes mensajes cifrados que tuvieron un mismo receptor.
“Su fallecimiento (el de los tres agentes de la FGE) deriva de un hecho criminal, efectivamente, la sociedad funciona a partir de que de que los gobiernos, en sus tres órdenes se articulan, se coordinan y busca mantener los niveles de sociedad adecuados para el bienestar que todos aspiramos, pero si algo falla de esa coordinación de los poderes públicos, la situación se complica”.
El gobernador poblano tiene razón: todos los involucrados en la ejecución de los efectivos de la Fiscalía, desde Nacho Mier Jr hasta Alejandro Santizo y el resto de los detenidos son criminales, quienes fallaron en su encomienda de velar por el bienestar de sus gobernantes.
Barbosa Huerta fue más allá y, además de advertir que no habrá ningún tipo de impunidad por la ejecución de los ministeriales, fue implacable en asegurar que los Mier no entienden la funcionalidad de los poderes ni del poder mismo.
“Ellos aportaron la parte que les correspondía para hacer funcionar esta sociedad, pero hay quienes no comprenden el papel que se debe de jugar en este conjunto de acciones para los cuales los poderes públicos funcionan”.
Una duda sigue rondando en el aire.
¿Qué buscaban los agentes en Tecamachalco para que le gasnteril Alejandro Santizo ordenara sus asesinatos a tal grado que él comandó la cacería junto con su escolta personal?
Algo está claro: ya no se tratan de hechos aislados que la familia Mier siempre esté involucrada en escándalos de armas ilegales o hechos relacionados con el crimen organizado.
Lo que saldrá a flote tras las investigaciones y lo que se desprenda de este caso, sin lugar a dudas, pondrá en una situación aún más incómoda a Nacho Mier y a su hijo.
De los cuernos de la luna a las llamas del infierno.