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Miguel Barbosa y su Tercer Informe de Gobierno

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Miguel Barbosa llegó a su Tercer Informe de Gobierno (el segundo en los hechos) pleno, en el cénit del poder y como el gran ganador de las elecciones intermedias de junio en las que intentaron por todas las vías debilitarlo, acorralarlo y hasta doblegarlo.

Barbosa Huerta, quien esté año al fin está disfrutando el ser gobernador de Puebla, es un hombre mesurado, quien no busca la ostentación ni le mueve la vanidad.

Lejos está del culto al ego y aún más lejos de sucumbir ante la vanidad del poder.

Pudiéndolo hacer, y estando en su pleno derecho de ejércelo, el gobernador Barbosa no aplica la máxima que dice que “el poder es para poder”.

En el punto más alto de su carrera política, el oriundo de Zinacatepec no cayó en la tentación del “Día del Gobernador”, como se le conocía a la fecha en la que los gobernadores en turno derrochaban recursos públicos para rendir sus informes de labores con actos presuntuoso, banales y vacíos para saciar sus excesos de poder y alimentar aún más su megalomanía.

Atrás quedaron esos tiempos en los que los informes se convertían en una danza de vanidades por las que desfilaban presidentes, gobernadores, políticos de la cúpula nacional, empresarios y hasta artistas convertidos en damos de compañía para alabar al “todopoderoso residente de Casa Puebla”.

Las calles de la Angelópolis dejaron de ser estacionamientos privados de las camionetas de lujo y los campos aledaños hangares particulares de los políticos que arriban en helicóptero al ritual de los informes.

No, Miguel Barbosa dejó claro su distintivo como gobernador de Puebla al enarbolar los principios básicos de la verdadera 4T: la austeridad republicana y la rendición de cuentas para y con el pueblo.

Sin fanfarrias ni ornato ni opulencia, el mandatario poblano emitió un discurso desde la tribuna del Congreso del estado que será recordado por lo directo y sincero al no exagerar en los logros de su administración, en reconocer los pendientes que aún tiene y en agradecer a todos los que han colaborado para que la entidad poblana pueda al fin salir de la seria crisis en la que se hundió tras el ignominioso paso morenovallista.

Barbosa Huerta conoce a la perfección que la política es el arte de convencer con la palabra.

El gobernador dio muestras otra vez del gran orador que es y puso en su lugar a todos aquellos que se proclaman como opositores en la entidad, como sus propios correligionarios de Morena, y otros seudo liderazgos del PAN.

Sin caer en las provocaciones lanzadas por Mónica Rodríguez Della Vecchia, cómplice de Daniela Mier, Miguel Barbosa aclaró que en Puebla ya se acabaron los perseguidos por vendettas personales como sucedía con el siniestro Rafael Moreno Valle, experto en torcer la ley y gran corruptor de las instituciones en la aldea, pero que dejó una sentencia clara “en el estado se aplicará la ley, aunque se digan presos políticos”.

Y es que, la cruzada contra la corrupción barbosista es irrefutable e impecable.

Nadie ni un solo diputado podría meter las manos por Eukid Castañón, Jorge Aguilar Chedraui, Alfonso Esparza, Luis Ernesto Derbez, Alejandro Santizo o José Juan Espinosa, quienes se dicen perseguidos políticos, pero que en realidad son los peores hampones que llegaron a ocupar cargos de gran relevancia en Puebla.

El mensaje del gobernador también dejó reflexiones bastantes claras de lo que significa su nuevo modelo de ejercer el poder.

Tan es así que todas las fuerzas políticas se sumaron y refrendaron su respaldo a su proyecto de estado rumbo a la segunda mitad de su administración.

El mandatario fue cabal al resaltar que en su administración no existe impunidad para los feminicidas. La persecución en contra de los crímenes con motivos de género y los violentadores de mujeres son reales y no solo de discurso como aquellas que se aprovecharon de su “fakeminismo” para presidir importantes alcaldías del estado.

La igualdad sustantiva también habla por sí sola, pues nunca en un gobierno más de la mitad de mujeres ostentaron las principales secretarías del organigrama del Ejecutivo. En la gestión de Barbosa Huerta son 17 mujeres las que encabezan las principales carteras como Segob, Finanzas, Economía, Turismo y Comunicación Social.

Otro punto que no puede pasar desapercibido son las cifras de seguridad que muestran que en Puebla se le está ganando la batalla a la delincuencia. El mandatario fue claro al mostrar la disminución en 14 de los 18 delitos de alto impacto en Puebla; además de que se detuvieron a 2 mil 583 delincuentes en el estado.

Durante el 2021 se abrieron 62 mil 208 carpetas de investigación por delitos cometidos en todo el estado, cifra que disminuyó 5.6% en comparación con el año anterior. Los delitos que presentaron reducciones son secuestro, homicidio doloso, robos totales, robo a transportista, robo de vehículo, feminicidio y extorsión.

El manejo de las finanzas de la entidad también resaltó durante el Tercer Informe, pues la administración de Miguel Barbosa Huerta ha reducido la deuda que le heredó el ex gobernador Rafael Moreno Valle, pues aún se deben 46 mil 643 millones de pesos por obras como el Centro Integral de Servicios (CIS), el Museo Internacional del Barroco (MIB) y la plataforma de AUDI.

El gobernador se dedicó a rendir un informe y no a engrandecer su ego.

Miguel Barbosa mató al petulante “Día del Gobernador”.

Adiós al ornato, al ego y la vanidad.

Esto es realpolitik.

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