Este 20 de enero, se cumplen 14 años de una de las mejores series de todos los tiempos: “Breaking Bad”, protagonizada por Bryan Cranston y Aaron Paul, y para celebrarlo recordamos una de las escenas más escalofriantes de la producción.
La serie de 62 capítulos debutó el 20 de enero de 2008 por la cadena de televisión AMC donde se transmitió hasta 2013.
Hoy se cumplen 14 años de su estreno, por ello, recordaremos una de las escenas más impactantes de la serie, la cual fue protagonizada por un personaje que quedó marcado como uno de los mejores villanos de la pantalla chica, Giancarlo Esposito, quien dio vida a Gustavo “Gus” Fring.
El cruel narcotraficante, quien conquistó a sus fans gracias a su talento e inteligencia, trascendió los límites y también se convirtió en uno de los personajes principales del spin-off, Better Call Saul.

De acuerdo con el portal Vader, Giancarlo no estaba interesado en participar en la serie porque le ofrecieron solo 2 episodios, sin embargo, aceptó porque su representante era fan del programa. Una vez grabados, el creador Vince Gilligan le ofreció 7 capítulos adicionales, en ese momento, el actor sugirió hacer más presencia y al final terminó grabando 12.
El último de los 12 capítulos, plasmó una de las escenas más memorables de toda la serie, su asesinato.
El climax del capítulo se da en un asilo de ancianos cuando Gus acude a asesinar a su rival Héctor Salamanca, sin embargo, nunca esperó que este activara una bomba que terminó con la vida de ambos.
La escena fue impactante para los fans, pero resultó más aún perturbador para el actor, quien en aquella ocasión reveló que cuando descubrió por primera vez cómo terminaría su personaje se aterró, sin embargo, acordó con Guilligan que debía ser creíble.
Comentó que la caracterización le llevó largas horas de trabajo con los más experimentados artistas, pues incluso tuvieron que hacer un molde de su cabeza.
Esposito describió la experiencia como aterradora, sin embargo, al completar el trabajo nunca se sintió decepcionado por lo que había logrado.
“Fue extremadamente inquietante. Finalmente me di la vuelta e insistí en no mirarme en el espejo cuando lo estaba haciendo, me di la espalda, quedé en shock por el arte con el que se aplicó eso a mi cara”, narró.