Nadie puede demeritar el esfuerzo realizado por los alumnos de la Universidad de las Américas Puebla para exigir que su institución regrese a la normalidad cómo funcionaba hasta antes de que el escándalo del desfalco de sus patronos, sus representantes legales y su exrector en contra de la Fundación Jenkins explotara.
Tampoco nadie se puede oponer ni menospreciar su marcha de no más de mil participantes del pasado viernes desde Cholula hasta Puebla capital.
La organización, la solidaridad y hasta el respeto es de aplaudirse.
El movimiento estudiantil bautizado ya como #UdlapLibre sí está moviendo consciencias e ideas, pero aún no puede cristalizarse como una verdadera fuerza capaz de cimbrar el sistema y convencer a otras esferas de poder para apoyar su movimiento, pues algo falta.
Hasta el momento ninguna cámara empresarial, más que la Coparmex, presidida por el liliputiense y pasante Rubén Furlong, ni lo que queda del Consorcio Universitario ni ningún político local o nacional de peso, más que los radicales diputados locales identificados con Genoveva Huerta, se han sumado a los esfuerzos del movimiento azteca.
Y es que, el Movimiento #UdlapLibre aún no logra concretar su mensaje en el verdadero origen del problema.
El quebranto a la Udlap, el desfalco a la Fundación Jenkins y el cruento pleito entre sus patronos.
Alienados con la idea que el prófugo Luis Ernesto Derbez impregnó entre la comunidad, los alumnos participantes del #UdlapLibre se dejaron manipular por las mentiras de su exrector, quien en su afán de protegerse y blindarse ante su historial de delitos dirigió la mira hacia el gobierno del estado y hacia Miguel Barbosa, como en su momento lo hizo en contra de Rafael Moreno Valle y su administración.
Lejos quedó atrás ese “espíritu crítico del sistema” al que Derbez Bautista arengaba a sus alumnos, pues son ellos los que con su silencio se están convirtiendo en cómplices del quebranto realizado por el exrector, cuyo paradero es desconocido para evitar que se hagan efectivas las órdenes de aprehensión en su contra.
¿Por qué el Movimiento #UdlapLibre no incluye en sus consignas y en sus ataques a Luis Ernesto Derbez?
¿Acaso no les indigna que su rector haya creado un esquema fiscal para desviar recursos de su universidad, que sobrevive con el pago de sus colegiaturas, para su beneficio propio en lugar de destinarlo para la mejora del campus, de la calidad de sus profesores, de más apoyos para los becarios o en estímulos para sus deportistas?
Por más que lo intenten encubrir o ignorar, Derbez es responsable de crear una serie de empresas fachada, como la sociedad denominada ULAP Jenkins Graduate School, de las cuales los acusados son socios, y que habrían recibido pagos por más de 100 millones de pesos.
En este esquema también participaron Mónica Ruíz Huerta Puebla, ex vicerrectora administrativa de la UDLAP; Mario Vallejo Pérez, ex vicerrector de Finanzas y Desarrollo Institucional; Jesús Salvador Mijangos Patiño, exdirector de Asuntos Jurídicos; así como contra de los abogados de la familia Jenkins Landa, Virgilio Rincón Salas y Alejandro González Muñoz, hoy acusados por los delitos de fraude específico contra la universidad.
En el caso de los abogados de la familia Jenkins, se trata de su tercera orden de captura, pues se les señala de ser presuntos orquestadores de la estructura delictiva del robo de la totalidad de los activos de la fundación Mary Street Jenkins.
El “espíritu crítico del sistema” por parte del Movimiento #UdlapLibre también debe exigir cuentas y demandar día y noche que Derbez Bautista se haya enriquecido a costa de la universidad a pesar de contar con uno de los puestos mejor pagados y más reconocidos de todo el país.
¿A los alumnos azteca en serio no les duele lo que le hicieron a su universidad, los delitos, los desfalcos, los quebrantos?
Como muchas veces sucede, el Movimiento #UdlapLibre se fue por la fácil al culpar al gobierno de Puebla y a Barbosa Huerta del desastre en el que la familia Jenkins, sus apoderados y el impresentable de Luis Ernesto Derbez convirtieron a la Universidad de las Américas Puebla.
Sus dedos también deben de apuntar a las personas que tuvieron el control de la Udlap y que se dedicaron a saquearla.
Su ímpetu juvenil, sus esfuerzos y sus peticiones de justicia necesitan enfocarse también en los personajes quienes sumergieron en esta crisis legal a la Udlap.
Si el movimiento estudiantil de la Universidad de las Américas Puebla busca ser recordado y en realidad quiere que su institución regrese a ser una de las más importantes de México necesita, primero que todo, condenar que sus propios patronos, su rector y sus abogados hayan llevado a la ruina a uno de los orgullos de la entidad.
Sin condenar a los Jenkins y a Derbez, #UdlapLibre no dejará de ser visto más que como un movimiento con intereses ocultos y que es manipulado por el prófugo Derbez para evitar la cárcel.
Sin esto, lejos estarán de aquel “espíritu crítico del sistema”.