Aunque algunos obnubilados y mal pensados están muy nerviosos por interpretar las señas entre líneas y mensajes cifrados que dejará la presencia de Andrés Manuel López Obrador en Puebla para presenciar en su totalidad el desfile para conmemorar la Batalla del 5 de Mayo, la visita del presidente de la República solo vendrá a confirmar lo que es evidente hasta ahora en la entidad.
Este jueves, AMLO, quien confirmó que el estado sigue siendo uno de sus bastiones más importantes en el país como así lo determinaron los buenos resultados obtenidos en la consulta de Revocación de Mandato gracias al equipo barbosista, será el invitado de honor de la ceremonia cívico-militar en la zona de Los Fuertes de Loreto y Guadalupe como reconocimiento al buen trabajo que el gobierno de Miguel Barbosa ha realizado en tres años y medio.
Son más que evidentes las querencias y afectos que López Obrador tiene hacia Barbosa Huerta a quien ha reconocido varias veces en público el buen paso de su administración y sus excelentes estrategias de seguridad, economía y el sobresaliente manejo de la pandemia del Covid-19, así como la organización de las jornadas de vacunación en toda la entidad, una vez que este proceso fue absorbido por su gobierno.
No faltarán las plumas asueldo y uno que otro tunde teclas que escribirá opiniones malversadas sobre un trato frío y distante entre el presidente de México y el gobernador de Puebla si es que el primero no se desvive en halagos o no le presta la suficiente atención que los ojos y oídos de sus patrones quisieran ver y escuchar.
No es ninguna casualidad que los medios afines y el propio de Nachito Mier sean los principales promotores de la inventada ola de “levantones” de mujeres, que ya fue desacreditada por la administración barbosista y por la propia Fiscalía General del Estado, al igual que de la poco celebre estatua del mandatario colocada en la sede del Ayuntamiento de Zinacatepec y que ya fue retirada por recomendación del titular del Ejecutivo poblano.
En política nada es casualidad.
Lo doloso de las notas pagadas por el inútil Mier Velazco en contra del gobernador Barbosa no casuales ni fortuitas a unos días de la visita de López Obrador
Lo que sí se puede esperar es que Andrés Manuel reconozca en Barbosa al único jefe político de Morena en Puebla, del que dependen todas las esperanzas del partido marrón para retener la gubernatura en el 2024 y que la entidad sume una bolsa importante de votos para el candidato presidencial en los próximos comicios federales.
Tampoco es accidental la línea discursiva que Barbosa Huerta ha encabezado a lo largo de esta semana antes de la visita de AMLO en el sentido de que Morena repetirá como partido en el gobierno por otros seis años y que “los candidatos de su partido serán los suyos”.
Forma es fondo.
Otro hecho que quedará de manifiesto será la cordialidad política que impera en la entidad, pues, como ya sucedió en la inauguración de la Feria de Puebla hace una semana, el gobierno barbosista, en coordinación con el federal, extendió invitación a diferentes liderazgos de todos los partidos que tienen alguna representación popular como el acalde de Puebla, Eduardo Rivera, así como los diputados federales panistas que votaron en contra de la infame Ley Bartlett y que fueron atacados intestinamente por Nachito Mier.
Lo que sí será interesante observar será ver qué tan lejos colocan al encargado de despacho de la coordinación parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados del gobernador de Puebla, pues López Obrador sabe a la perfección las diferencias que el mandatario tiene con el inútil líder legislativo, quien ha intentado restarle poder a Barbosa por todas las vías y hasta conspirado en su contra en alianza con Claudia Rivera, Fernando Manzanilla, Tony Gali y Genoveva Huerta.
Otro atractivo para los analistas políticos de la aldea será la postura que Alejandro Armenta, el servil ahijado de Mario Marín, tendrá con el presidente de la República y con el gobernador del estado, con quien busca congraciarse para alcanzar la candidatura de Morena en Puebla una vez que su jefe político Ricardo Monreal ha sido vetado por Andrés Manuel por su simulación hacia la Cuarta Transformación y sus diversas afrentas contra el residente de Palacio Nacional.
Si bien el jefe de prensa y sus irrelevantes voceros verán en cada gesto de López Obrador hacia Nachito Mier “la pinche señal”, lo que no pasará es el tan anhelado “espaldarazo” del presidente hacia su inútil coordinador de diputados, quien es ya el nuevo “Soldado de la Derrotas” por su nula capacidad de negociación e interlocución con la oposición para hacer pasar en el Pleno de San Lázaro las reformas del Ejecutivo federal.
El Desfile del 5 de Mayo, sin dudas, dejará varios análisis del que se dirán muchas mentiras completas y medias verdades.
Los hechos siempre quedarán de manifiesto.
La primera asistencia de López Obrador, el primer presidente emanado de la izquierda en México, a la ceremonia de Los Fuertes será algo histórico.
Un mayo de luces para algunos y sombras para otros.
Más de «Historias de un reportero»: La dirigencia estatal de Morena es un cero a la izquierda
