«Nos equivocamos», reconoció el director del Departamento de Seguridad Pública, Steven McCraw, sobre el tiroteo ocurrido esta semana en una escuela primaria de Texas.
Durante la masacre en la institución educativa, al menos 20 uniformados permanecieron 48 minutos en un pasillo afuera de los salones de clases, hasta que utilizaron una llave maestra para abrir una puerta y enfrentar al agresor.

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En conferencia de prensa, Steven McCraw, explicó que el comandante policial local creía que el agresor identificado como Salvador Ramos, se encontraba en un aula en la escuela y que los niños estaban a salvo.
“Él estaba convencido en ese momento de que los chicos no corrían más peligro; que el sujeto se había atrincherado y tenían tiempo para organizar su ingreso en el aula (…) Por supuesto, no fue la decisión correcta, sino la equivocada”.
Fue hasta que los agentes usaron una llave maestra para abrir la puerta del salón de clases y pudieron abatir al agresor de 18 años, quien ya había asesinado a 19 niños y 3 maestros.
Todo esto, pese a que niños y maestros llamaron repetidas veces al número de emergencias 911 para que enviaran a la policía.
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