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Armenta y su gran afrenta a Morena en Puebla

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Si algo puede presumir el Movimiento Regeneración Nacional como partido político desde su fundación en el 2013, entre otras cosas, son sus muy arraigados ideales y sus propios rituales para ungir a sus candidatos, los cuales, por inverosímiles que sean como el sorteo por tómbolas o la asignación a ciudadanos comunes y corrientes en las plurinominales, son solo suyos.

Con su ascenso al poder, Morena sufrió una infiltración de todo tipo de perfiles y militantes de otros partidos con antecedentes turbios y nexos bastantes impresentables, pero que encontraron cabida en el movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador.

Puebla no fue la excepción.

Tras una primera elección, la intermedia del 2015, en la que había pocos nombres conocidos y muchos militantes que fundaron el partido en la entidad, el morenismo poblano abrió sus puertas y sin ninguna reserva al derecho de admisión.

Fue aquí cuando perfiles indeseables como José Juan Espinosa, Héctor Alonso Granados, Fernando Manzanilla, Guillermo Aréchiga, Saúl Huerta, Ignacio Mier y Alejandro Armenta se enquistaron como un cáncer en Morena y trajeron consigo los vicios y prácticas del viejo priismo y del morenovallismo.

Armenta Mier es el caso más representativo para retratar la degradación de Morena en estos primeros años como partido político establecido.

Varias son las anécdotas en las que el ahijado de Mario Marín intentó llevar las prácticas más arcanas y añejas del Revolucionario Institucional al movimiento de AMLO como cuando en el 2017 pretendió inscribirse como militante del partido junto con cientos de acarreados y descubrió que en este instituto estaba prohibida la afiliación corporativa.

Los tumbos de Armenta Mier y su muy enraizado priismo fueron burla entre los verdaderos militantes de Morena.

Alejandro quería convertir al Movimiento Regeneración Nacional en una especie de nuevo PRI.

El Soldadato de la Derrotas pudo renunciar al Partido Revolucionario Institucional, pero su priismo jamás salió de su corazón.

La triste cabalgata con olor a destape que Alejandro Armenta organizó en la región Tepeaca junto con el Clan de los Morales es el ejemplo perfecto para demostrar que el senador representa todos los males que llevaron al PRI a ser un partido en vías de extinción tras su debacle electoral en las últimas elecciones presidenciales.

Como buen embustero y un excelente truhan, Armenta Mier presumió en sus redes sociales como un gran éxito la gira que realizó en Soltepec, pero lo que no precisó fue quiénes fueron los anfitriones de este destape innecesario y adelantado.

Víctima de su propio nerviosismo y sus delirios, Alejandro tuvo que buscar cobijo en tres personajes que enmarcan lo peor del priismo: Jesús Morales y sus dos hijos, Jesús y Guillermo Morales Rodríguez.

El cacicazgo de los Morales en Tepeaca es de todos conocidos.

No solo eso, Jesús, padre e hijo, así como Guillermo, saltaron a los primeras de cambio del PRI al PAN cuando el tricolor perdió el poder en el 2010 para rendirse a los pies del siniestro Rafael Moreno Valle.

Durante el oscuro régimen morenovallista, Morales Flores fue diputado federal priista y entregó, como todos sabían, sus recursos para gestiones y obras a Moreno Valle para hacer negocios con los famosos “moches”.

Con sus hijos sucedió lo mismo. Jesús Morales fue nombrado secretario de Seguridad Pública estatal en el minigobierno de Tony Gali para seguir cuidando el redituable negocio del huachicol que inicio en la infame gestión de Facundo Rosas; mientras que “Memito” Morales fue designado secretario general del Tribunal Superior de Justicia.

Sobra decir que como buenos morenovallistas, la corrupción y el enriquecimiento ilícito se impregnó en la familia Morales.

Esos a los que tanto presume y a los que tanto les da cabida Alejandro Armenta.

Aunque no está confirmado, sobre ambos personajes pesan dos investigaciones por irregularidades detectadas en la SSP y en el TSJ, respectivamente, las cuales pronto se podrían convertir en órdenes de aprehensión, como las muchas que están siendo obsequiadas en contra de todos los morenovallistas que abusaron del poder y se desquiciaron de él, como ya lo dijo el gobernador Miguel Barbosa durante la mañanera del jueves pasado.

¿Qué tendrá Alejandro Armenta en la cabeza para pensar que era una gran idea destaparse para la elección del 2024 junto con estos personajes de no grata memoria?

El Soldadote Armenta no reconoce a la “O” ni por lo redondo.

Off the record

Así como Armenta Mier se grabó en un ridículo video para deslindarse de su compadre Javier López Zavala tras ser detenido por el feminicidio de Cecilia Monzón, ahora tendría que hacer lo mismo con Guillermo Morales.

Y es que, “Memito” Morales es el abogado defensor de Santiago Barcenas, presunto coparticipe del asesinato de la abogada y activista.

No cabe duda que el ahijado de Marín se hace rodear de puros delincuentes como José Cristian Romero, “El Grillo”, Samantha Marian Rodríguez, “La #NarcoBarbie” y ahora “El Abogado del Diablo” Morales.

Qué gran equipo está conformado Armenta.

Pero qué necesidad, diría el clásico.

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