La mayoría de las pollerías en Chilpancingo, Guerrero, están cerradas debido al crimen organizado, pues a balazos han frenado la distribución de este producto.
Un grupo armado atacó este sábado una granja de pollo en la comunidad de Petaquillas, asesinando al dueño, a su hija de 12 años y a cuatro de sus trabajadores, mientras que otros empleados quedaron heridos.
Tras este violento suceso nadie distribuye el producto en Chilpancingo, lo que ha obligado a los comerciantes a vender lo rezagado y congelado.
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En el Mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, el principal centro de abasto de la capital guerrerense, los 38 locales de pollo están vacíos.
Los pasillos lucen solitarios desde que el pasado 6 de junio un comando armado asesinó a otro distribuidor en medio de vendedores y clientes.
Además, la noche y la madrugada del día siguiente, hombres armados quemaron seis vehículos del transporte público que viajan de Chilpancingo a Petaquillas, y tres días después, atacaron a dos repartidores en el estacionamiento del mercado, dejando uno muerto y uno herido.
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Información: El Universal
