Justo en su momento de mayor oscuridad y en una severa crisis por sus múltiples escándalos relacionados con el lavado de dinero y vínculos con el crimen organizado, Ignacio Mier perdió a su único puente dorado de comunicación con la cúpula lopezobradorista, que lo mantenía como una posibilidad, aunque lejana e impuesta con calzador, para abanderar a Morena en Puebla en el 2024.
Mario Delgado, el impresentable líder del Movimiento Regeneración Nacional, dejó ya a su suerte al inútil Nacho Mier al comprobar que su alfil no es más que un político pequeño y sin ningunas capacidades de negociación, legislativas o políticas.
Mier Velazco quedó en plena orfandad y sumido en una espiral que no tiene fin.
Los escándalos del lavado de dinero revelado en la “Operación Angelópolis”, sus estrechos lazos con bandas huachicoleras y el encarcelamiento de un buen número de sus operadores políticos, terminaron por hundir la carrera de Ignacio Mier y sus sueños de opio de suceder al gobernador Miguel Barbosa en el gobierno del estado.
La realidad terminó por colocar al inútil coordinador de los diputados federales de Morena en su verdadero sitio.
Un sitio que jamás dejó a pesar de ocupar uno de los mejores puestos en la política nacional.
Las palabras de Mario Delgado fueron claras:
“Olvídate ya de la candidatura en Puebla”.
La reunión se llevó a cabo hace unos días en las oficinas del presidente del Comité Nacional de Morena en la Ciudad de México.
Ahí, Delgado Carrillo fue directo con Ignacio Mier, a quien le convino olvidarse ya de su proyecto de abanderar a Morena en la sucesión del 2024, pues todos sus problemas legales y familiares lo afectaron a tal grado de ser un verdadero problema de interés público para el lopezobradorismo no solo en la entidad, también a nivel nacional.
Ofuscado y visceral, Nachito Mier vituperó en contra de su, hasta ahora, padrino político su abandono y su falta de respaldo.
Las groserías y las maldiciones tampoco faltaron por parte del nacido en Tecamachalco.
Cuentan los testigos del desencuentro que Mario Delgado ni se inmuto de todas los improperios y sandeces emitidas por Ignacio Mier, quien dejó el lugar de la reunión en la que se le dio santa sepultura a sus aspiraciones como un muy mal y vulgar perdedor.
Y es que, Mier Velazco es justo eso, un inútil que jamás logró despegar ni quitarse la etiqueta de aldeano y perdedor nato.
El Waterloo de Nachito, sin lugar a duda, fue la Reforma Energética.
Después de su papelón en San Lázaro, todo fue cuesta abajo para el legislador plurinominal.
Con el escarnio vinieron sus problemas legales y los señalamientos de ser presuntamente un político más cercano al narco que a los poblanos.
No solo eso, el diputado federal, de unos meses a la fecha, tuvo que tocar en reiteradas ocasiones las puertas de Palacio Nacional para frenar todos los intentos de la Fiscalía General del Estado de presentar ante la justicia a su hijo, el aún más inútil Ignacio Mier Bañuelos, por la ejecución de tres ministeriales a manos de sus policías municipales y del jefe de estos, el oscuro Alejandro Santizo, hoy preso en el Penal de Tepexi de Rodríguez.
En apenas seis meses, Ignacio Mier perdió toda su reputación, calidad moral y su carrera política, que pasó de mediocre a escandalosa.
El dinero fácil y la traición como cartas de presentación le pasaron factura a Mier Velazco.
Sí, Nachito Mier es un chiste mal contado.
Un chiste que sus padrinos ya no quieren ni contar.
Off the Record
Algo extremandamente sospechoso está sucediendo en las oficinas de Diario CAMBIO, en donde hace días ya nadie se presenta a trabajar luego de la aprehensión de su director Arturo Rueda por los delitos de lavado de dinero, defraudación fiscal, operaciones con recursos de procedencia ilícita y extorsión.
El edificio que es el monumento a la corrupción de Ignacio Mier puede ser derrumbado o emgardado en cualquier momento.
Tan es así que Arquímides Ríos, socio del preso Rueda en una constructora, vacío las oficinas que tenías en uno de los pisos del inmueble que él mismo edificó.
El inútil Nacho Mier no tuvo la capacidad ni para salvar a sus trabajadores y a su periódico.
¿En serio alguien pensó que este personaje podría gobernar un estado?
Seriedad.