Puebla es feminista porque por primera vez en la historia, 15 mil mujeres marchan en la Angelópolis. Las principales calles de la ciudad se pintaron de morado. “¿Te imaginas cuántas de nosotras no marcharán después?”, cuestiona una chica a su amiga.
Tres manifestaciones hicieron resonar en el bulevar 5 de Mayo, el zócalo, el Paseo Bravo y la calle 5 Oriente la palabra «¡Justicia!». Como nunca antes se había visto, las mujeres no tienen miedo, tienen coraje, sed de justicia.
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No deberían marchar para tener los mismos derechos que los hombres, peor aún, no tendrían que salir a las calles para pedir que no las maten.
La primera manifestación fue de familiares de personas desaparecidas. Empezaron en la sede de la Comisión Estatal de Búsqueda de donde se dirigieron al zócalo capitalino. Hicieron pase de lista para recordar que les faltan sus hijas, hermanas, tías, sobrinas, sus madres.
A las 14:30 horas de este 8 de Marzo, se congregan en la Fiscalía de Puebla, el Frente Radical Feminista, las acompañan organizaciones como 33 Mujeres y madres víctimas de violencia vicaria.
Parten con dirección al Centro Histórico. Llegan a la capital, encuentran a unos religiosos que protegen la catedral, “saquen sus rosarios de nuestros ovarios”, corean las mujeres.
“Nos sembraron miedos y nos crecieron alas”, se escucha ese fragmento de la “Canción sin miedo” de Vivir Quintana.
El Palacio Municipal, sede del Ayuntamiento de Puebla es pintado, algunos cristales rotos. En la plancha las mujeres queman algunas pancartas, otras logran colocar pañuelos verdes en la fuente de San Miguel.
#8M2023 Feministas retiraron y quemaron el tendedero de denuncias que se colocó en el Zócalo de la Ciudad de Puebla pic.twitter.com/q3xC2PrHlw
— Almanaque – Noticias de #Puebla (@AlmanaquePuebla) March 9, 2023
Las colectivas caminan al Congreso de Puebla y empiezan a disolverse.
A unos metros, ya están reunidas en El Gallito del Paseo Bravo, 10 mil mujeres. Esa manifestación es más grande que la que le antecedió.
La familia de Paulina Camargo va al frente, después la de Cecilia Monzón, atrás niñas, adolescentes, de la tercera edad, mujeres trans, lesbianas, bisexuales. Todas con la intención de que se escuchen sus voces.
La caminata inicia por la Avenida Reforma, pasan por edificios gubernamentales, “la policía no me cuida, me cuidan mis amigas”, gritan frente a uniformados.
“Mujer escucha, esta es tu lucha”, “Si te pega no te ama”, son algunas de las consignas que lanzan en su recorrido.
Se topan con más policías cuidando la Comisión de Derechos Humanos de Puebla, más adelante la misma escena, pero afuera del Congreso del Estado, ahí, gritan tres veces “Cecilia” en honor a la abogada y activista Cecilia Monzón, víctima de feminicidio el 21 de mayo del 2022.
Por cierto, la semana pasada los diputados locales aprobaron una ley con su nombre para que los padres feminicidas no tengan la patria potestad de las hijas e hijos, porque en el caso de Monzón, fue el padre de su hijo quien la mandó a matar.
Caminan sobre el bulevar 5 de Mayo, de nuevo se ve el río morado que desemboca de nueva cuenta en la Fiscalía General del Estado.
Son las 19 horas y las mujeres continúan llegando, el ánimo no decae, marchan por las que ya no están, por Susana Cerón, Isarve Cano, Liliana Lozada, Paulina Camargo, Liz Domínguez, Michelle Vera, Cecilia Monzón, Esmeralda Gallardo, Sandra Elizabeth, Camila Alcalde, Mara Castilla, por la niña Alisson Gabriela, por cientos de mujeres asesinadas.
“Que resuene fuerte, ¡nos queremos vivas! Que caiga con fuerza el feminicida. Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo si algún día un fulano te apaga los ojos”, cantan antes de concluir la marcha feminista más grande que ha habido en Puebla.
Fotos: Jacqueline Steffanoni