Después de más de siete horas de trabajo, Pemex confirmó que en la Central de Abasto de Puebla había una toma clandestina en uno de sus ductos y, además, encontraron un huachitúnel por el que transportaban el combustible robado.
El túnel conectaba con la Taquería Súper Tacos que era utilizada como fachada para sustraer el gas LP de un ducto que pasa sobre la calle 104 Poniente.
Elementos de Seguridad Física de Pemex identificaron que la estructura tenía una profundidad de 3 metros con una longitud de 80 metros apuntalada con maderas y polines.
El comercio que se encuentra a un costado de Vía Corta a Santa Ana con sentido a Puebla fue asegurado por elementos del ejército.
Personal de la Fiscalía General de la República llevó a cabo las diligencias correspondientes.