Las manos detrás de la manifestación de La Resurrección
La principal arma del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gran líder moral y columna sobre la que se recarga todo su movimiento bautizado como Morena, para desarmar a la oposición es su palabra.
A través de su “mañanera”, un modelo poco tradicional de comunicación política masiva, pero efectivo como pocos, ha podido poner en jaque durante cinco años a sus principales detractores en todo el país, así como a los partidos políticos que conforman la oposición en México.
Sin la necesidad de recurrir al famoso ‘garrote político’, AMLO logró desactivar a todos y cada uno de los personajes que se mostraron como críticos férreos de su persona y su gobierno. Desde empresarios, políticos, periodistas, activistas y demás personajes fueron subidos al ring político para ser noqueados por “el ciudadano” en los primeros rounds.
El caso más representativo de esto fueron las semanas seguidas que López Obrador le dedicó a Xóchitl Gálvez, la precandidata presidencial del Frente Amplio por México, para evitar que su curva de crecimiento siguiera en ascenso como lo fue a mediados de este año tras su destape y que, en algún momento, puso en entredicho el triunfo de Claudia Sheinbaum en los comicios del próximo año.
Bastó con una serie de mensajes y ataques por parte del presidente de la República en su conferencia de prensa matutina para frenar al llamado “Factor X”, el cual hizo temblar por algunos meses a Morena y a su abanderada presidencial.
Y es que, si algo hay que reconocer en Andrés Manuel es su extraordinaria capacidad de oratoria y su habilidad retórica y sarcástica para sacar de sus cabales a sus opositores más preparados y ecuánimes.
Su palabra es ley para esos millones de mexicanos que en el 2018 lo convirtieron en el presidente más votado en la historia democrática del país.
En más de una ocasión, López Obrador ha presumido que su movimiento social logró la transformación de México sin romper un solo vidrio.
Siempre por la vía pacífica, reza el eslogan del residente de Palacio Nacional.
“Nosotros siempre nos hemos cuidado de eso, hemos hecho manifestaciones de 100, mil 200 mil, 300 mil, 500 mil personas sin un problema, nunca hemos roto un vidrio y luchamos, somos los que más hemos llenado el Zócalo en toda la historia de México”, es una de las frases favoritas del tabasqueño.
La calentura electoral que estamos viviendo en Puebla en la víspera del inicio del proceso electoral que renovará el gobierno del estado y el resto de los cargos de elección popular dista mucho de uno de los pilares que presume AMLO y los compañeros de su movimiento.
Con el claro objetivo de subir de manera anticipada a Eduardo Rivera a la batalla por el gobierno de Puebla, un grupo de confundidos regidores de Morena conformados por Leobardo Rodríguez, Ernesto Aguilar y Elisa Molina Rivera, quienes sueñan con la candidatura al Ayuntamiento de la capital, activaron una estrategia bastante agresiva con tintes porriles y vandálicos en contra del alcalde de la Angelópolis y la propia Comuna.
El primer aviso de esta nueva campaña que busca manchar la imagen del que será el candidato del PAN en las elecciones del 2024 y marcar como incompetente al gobierno municipal de la ciudad de Puebla fue el bochornoso incidente que protagonizó el regidor Miguel Mantilla en contra de Molina Rivera y su asistente, quienes le tendieron una emboscada en la que cayó el cabildante de Acción Nacional.
Pero, lo que se salió de toda proporción fue la violenta, ilegítima y vergonzosa manifestación que un grupo de habitantes de la junta auxiliar de la Resurrección realizaron el mediodía de este martes a las puertas del Palacio municipal del Ayuntamiento de Puebla en la que no solo agredieron a efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, también secuestraron a un delegado de la Segom, quien estaba negociando con los inconformes.
El encontronazo en el primer cuadro de la Angelópolis, que pudo terminar en una verdadera tragedia, fue organizado con días de antelación por los morenistas Leobardo Rodríguez y Ernesto “Yordi” Aguilar, que en su nerviosismo y su insensatez pensaron que Rivera Pérez “mordería el anzuelo” lanzado que buscaba innegablemente recrear los lamentables acontecimientos de San Bernardino Chalchihuapan, del 2014, y de la “Ley Bala”, de Rafael Moreno Valle.
La talentosa reportera Leslie Pérez Mora en un reportaje publicado por El Incorrecto revela lo siguiente:
“Fue desde ayer en la noche que a través de grupos de WhatsApp y de Facebook, que los habitantes fueron convocados en la presidencia auxiliar en la que acordaron suspender el servicio del transporte público de la Ruta 17 y la apertura de comercios luego de que el Ayuntamiento de Puebla, comenzó a sancionar y clausurar a bares y negocios que vendían alcohol, por lo que los dueños reclamaron que sus impuestos los pagaban a la presidencia auxiliar.
Al respecto, el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, instruyó a su administración que denunciaría al edil auxiliar Adolfo Reyes Pérez López por usurpación de funciones.
Tras el enfrentamiento y violencia que propiciaron en el Centro Histórico de Puebla, Pérez López, fue aprehendido por elementos de la policía municipal, inmediatamente en su defensa salió el regidor morenista, Leobardo Rodríguez, quien exigió a Rivera Pérez liberarlo.
Es la segunda vez en su trienio que, Adolfo Reyes Pérez López es aprehendido, la primera ocasión fue por incurrir en resistencia de particulares el pasado 23 de abril de 2023, cuando el edil auxiliar habría tratado de evitar que elementos policiales detuvieran a uno de sus familiares por trasladar ilegalmente tanques de gas”.
Así como “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo” son las bases de Morena, las manifestaciones violentadas organizadas por Leobardo Rodríguez, Elisa Molina y Ernesto Aguilar son actos que manchan al lopezobradorismo.
¿La transformación de México sin romper un solo vidrio?
Qué lejos están los regidores de Morena de López Obrador y qué cerca están de los grupos de choque y porros que su líder tanto detesta.
Ni modo, es lo que hay.