Ana Rentería, primera entrenadora mujer del equipo femenil de preparatoria, dejó su cargo denunciando hostigamiento laboral y falta de atención institucional ante un caso grave que afectó a una jugadora.
Entrenadora de basquetbol renuncia a UPAEP tras denunciar omisiones en caso de abuso sexual a una alumna

La entrenadora de basquetbol renuncia a UPAEP, Ana Rentería, presentó dejó su cargo tras acusar omisiones graves por parte de la institución ante un caso de abuso sexual contra una alumna deportista.
En una carta pública, explicó que su decisión se basa en la falta de atención, comunicación y respaldo por parte de las autoridades universitarias, quienes ignoraron el impacto emocional y físico que los hechos tuvieron sobre una jugadora del equipo.
Ana Rentería reveló que fue mediante medios de comunicación cómo se enteró de las denuncias contra el Jefe de Deportes de la UPAEP. Asegura que, como entrenadora, nunca fue informada oficialmente ni se le brindaron herramientas para proteger a sus alumnas, muchas de ellas menores de edad.
Señales de alarma ignoradas por la institución
Desde su llegada al equipo en julio del año pasado, la entrenadora notó comportamientos inusuales en una de sus jugadoras, quien presentó dolores físicos, ataques de ansiedad y tuvo que ser canalizada a urgencias. Pese a reportarlo, afirma que sus superiores le indicaron no involucrarse y dejar el caso en manos de las autoridades.
A partir de que informó a los padres de familia y acompañó a la alumna en su proceso, comenzó un periodo de aislamiento y hostigamiento laboral.
Clima de miedo y silencio
Rentería denunció también que la comunidad institucional ha optado por minimizar la situación, incluso después de que los hechos se hicieron públicos. Señala que muchas deportistas temen hablar por miedo a represalias y que ninguna autoridad ha atendido de fondo la situación.
Llamado a la comunidad universitaria
Con una trayectoria como exjugadora de la UPAEP, seleccionada nacional y entrenadora comprometida, Ana Rentería emitió un llamado a docentes, padres y exalumnos a recuperar los valores que, afirma, la universidad ha perdido.
«Nuestros jóvenes merecen ser tratados con dignidad y respeto», concluyó.














