Puebla

Muralismo desde la sombra: el proceso detrás de la autogestión y gráfica urbana en Puebla

En el Centro de Puebla, una artista impulsa el muralismo desde la sombra. Este ensayo explora cómo se vive y se sostiene la autogestión y gráfica urbana, desde la azotea y sin pedir permiso.

Muralismo desde la sombra: el proceso detrás de la autogestión y gráfica urbana en PueblaLa Polilla, muralista que vive en el anonimato | Foto: Veck Arenas
1280 x 120_Mesa de trabajo 1

Desde la azotea de un edificio del Centro de Puebla, una figura trabaja en silencio impulsa el muralismo desde la sombra. Corta, acomoda y sube otra vez. Baja para ajustar el trazo, observa, vuelve a subir. Entre escaleras y brochas, una obra crece sin permisos ni testigos. No hay entrevistas formales ni poses. Una artista que prefiere el anonimato. Lo que hay es un proceso, uno que nace desde la autogestión y se sostiene con la misma fuerza con la que se pinta un muro sin pedir permiso.

ALMANAQUE visitó el lugar de trabajo temporal de La Polilla, estencilera y muralista que nos habló de su experiencia de autogestión y gráfica urbana en Puebla, desde una práctica independiente.

muralismo desde la sombra

Muralismo desde la sombra: Crear desde la autonomía

Hablar de autogestión es hablar de sostener el arte con las propias manos. No es un recurso romántico, sino una práctica diaria: conseguir materiales, diseñar, cortar las matrices, subir a pintar y —cuando se puede— volver a empezar.

La gráfica urbana en Puebla que emerge desde estos espacios no busca encajar en galerías ni ferias de arte. Es nómada, a veces grotesca, otras veces juguetona, pero siempre experimental.

“Me gusta que mis dibujos te generen una cosquilla, una pregunta. Que no sean obvios, que incomoden tantito”, explica mientras alista el stencil.

Muralismo desde la sombra
Muralismo desde la sombra, trabajo de La Polilla | Foto: Veck Arenas

El proceso creativo

El proceso creativo no parte de un plan rígido, sino de una disposición al juego. A veces el diseño se amarra con la temática del espacio; otras, con lo cotidiano: un Niño Jesús callejero, una caricatura vieja, una canción punk.

Esta forma de hacer gráfica urbana funciona como un collage de estímulos, pero también como una conversación entre la obra y el muro. “Procuro que la pieza y el espacio platiquen a gusto. Que no se vean forzadas”, dice Polilla mientras recorta otra sección de la matriz.

Vivir del stencil y no morir en el intento

Pero autogestionar no es solo crear: también es sostener. Implica invertir, ensuciarse, arriesgarse. No hay financiamiento fijo ni reconocimiento garantizado. Aun así, hay proyectos culturales que apuestan por este tipo de trabajo y abren espacio para colaborar.

“Sí se puede vivir de esto, pero es complejo. Lo que entra se va en materiales, en volver a pintar. Es cansado, pero sigue siendo divertido”, dice Polilla, quien lleva casi una década haciendo stencil en gran formato.

La polilla artista poblana 1

Persistencia desde la periferia

El mural que nace en una azotea, lejos de los reflectores, también es una forma de insistencia. No es solo arte callejero: es prueba de que el hacer autónomo no necesita etiquetas para seguir existiendo. En una ciudad donde lo público muchas veces se vuelve ajeno, esta forma de autogestión y gráfica urbana en Puebla reclama su espacio sin pedir permiso y sin dejar de crear.



arrow_upward