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El 20 de diciembre de 2009, la actriz Brittany Murphy de 32 años, conocida por su participación en películas como “Culeless” e “Inocencia interrumpida”, fue hallada sin vida al interior de su domicilio en Los Ángeles, California.
El cuerpo fue encontrado por su madre, Sharon Murphy, quien la trasladó al hospital Cedars-Sinai donde fue declarada muerta a las 10:03 hora local, a causa de una neumonía que se agravó debido a una anemia que padecía.
Sin embargo 10 años después, su muerte y la de su marido, el director y guionista Simon Monjack, quien falleció cinco meses después en el mismo departamento y por las mismas causas, siguen siendo de los casos más polémicos en Hollywood.
El informe toxicológico no encontró rastro de consumo de sustancias ilegales, aunque sí halló «niveles elevados» de hidrocodona, acetamionfén, L-metanfetamina y clorfeniramina, todas drogas legales que la actriz compró en farmacia, varias de ellas con receta médica, por lo que se consideró que el fallecimiento fue «accidental».
Aunque había suspicacias sobre cómo se cerró el caso de la muerte de la actriz, las sospechas aumentaron cuando cinco meses después, el 23 de mayo de 2010, su viudo, el director y guionista Simon Monjack, fallecía por las mismas causas en el domicilio en el que murió también su esposa. Ahí fue cuando se inició una investigación sobre lo ocurrido.
Pese que los medios de comunicación anunciaron que la investigación policial buscaba posible moho tóxico en el domicilio del matrimonio, los informes del Departamento de Salud Pública de Los Ángeles descartaron esta hipótesis, quedando la muerte de la pareja como una perturbadora y extraña coincidencia.
Mucho se ha comentado sobre este caso, especialmente cuando el padre de la actriz, Angelo Bertolotti, que estuvo en prisión por tener lazos con la mafia, denunció públicamente que su hija había sido envenenada. Sin embargo, el departamento forense de Los Ángeles desestimó su denuncia.
Un caso que sigue siendo un misterio
En noviembre de 2013, cuatro años después de la muerte de Murphy, análisis paralelos confirmaron que en el cuerpo de la actriz había, al menos, 10 tipos de metales de distinto nivel, en los que se encontraron antimonio y bario, utilizados para la elaboración de veneno para ratas, lo que podría haber sido la causa de muerte de la intérprete.
Pese a ello, el Consejo Estadounidense de Toxicología Forense consideró la acusación «ridícula» al poder ser metales que estuviesen presentes en los tintes capilares que utilizaba la actriz. Sharon Murphy, principal sospechosa de la muerte del matrimonio al ser la única heredera, publicó una carta en The Hollywood Reporter en la que negaba estar implicada en la muerte tanto de su hija como de su yerno.
Pese a negar estar relacionada, consideró que «nunca» sabrá nadie «con seguridad qué fue lo que realmente mató» a Brittany Murphy.
Una década después del fallecimiento de la actriz, su caso sigue despertando interés en el público, que sigue recordando con cariño a aquella artista que conquistó a los espectadores con películas como «8 millas», «Recién casados» o «Sin City».