«Cuando estoy bailando, siento que estoy en la cima del mundo», reveló el infante que vive en Lagos, la ciudad de la laguna de Nigeria, sobreponiéndose al deseo de sus padres de ser sacerdote.American Ballet Theatre encontró el video, le otorgó una beca y le dio acceso a internet para que pudiera capacitarse virtualmente durante el verano boreal. El año que viene, entrenará en Estados Unidos gracias al Ballet Beyond Borders.«Cuando mis amigos me ven bailar, sienten como ‘¿qué está haciendo este chico, está bailando una danza extranjera?'», dijo.
«Ahora he ganado un gran premio para ir a Estados Unidos (…) Estaré en el avión y lo estoy esperando, y el ballet lo ha hecho por mí», agregó.El video generó una avalancha de donaciones a la academia, que enseña a sus estudiantes de forma gratuita. El fundador, Daniel Ajala Owoseni, comunicó que usará el dinero y la fama para promocionar el ballet en Nigeria, un país donde aún no se practica masivamente.Con información de Milenio]]>