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Dulce María, fue el nombre que le dio una comunidad a una niña de entre 5 y 10 años de edad, cuyo cuerpo fue encontrado dentro de una hielera hace poco más de tres meses, en la vía pública de Tijuana.
La pequeña estaba destinada a ir a la fosa común, un espacio donde son enterrados quienes no son identificados ni reclamados, en el que los cuerpos terminan apilados unos encima de otros.
Sin embargo, el pueblo decidió que la niña merecía algo mejor y se unió para darle sepultura.
Personal de SEMEFO y de la Fiscalía General del Estado (FGE) entregaron su cuerpo y Jessica García fue una de las residentes que, junto con la Casa Hogar Sonrisa de Ángeles, recuperaron el cuerpo de la menor y la nombraron; esa misma noche realizaron el velorio, su despedida.
El cuerpo de la niña fue encontrado el pasado 30 de agosto dentro de una hielera que fue abandonada en una banqueta sobre la avenida Las Torres, en la colonia El Pípila, un barrio situado en el este de esta ciudad fronteriza