Esteban López / @Estevanz01
CRÓNICA
Caminar por la 5 de Mayo es prácticamente imposible por el mar de personas que aún continúan en las calles y por los ambulantes que un día sí y el otro también se burlan de la carente autoridad municipal.
Ni hablar de la sana distancia, mucho menos existen medidas sanitarias para considerar una zona segura.
Los protocolos son pura simulación, gel antibacterial seco y unos cuantos trabajadores municipales que lo aplican al azar, eso sí, ellos cubiertos de pies a cabeza para evitar contagiarse de COVID-19.
Del zócalo a la iglesia de Santo Domingo, la avenida luce limpia, tranquila, pero una vez en la entrada de Plaza La Victoria comienza la Heroica Puebla de los ambulantes.
Los informales son dueños de las calles y Claudia Rivera que prefiere bailar para TikTok y su secretario de Gobernación, René Sánchez son un cero a la izquierda.
Por la mañana, el gobernador autoriza la venta de juguetes solo al comercio establecido, palabras que hicieron eco en los ambulantes y para las 12 de la tarde, la 5 de Mayo ya está a reventar de personas.
Es imposible no cuestionarse cuál es el papel de René Sánchez Galindo. La avenida está repleta de puestos de chalupas, hotcakes, alcancías, playeras, piratería, perfumes, pulseras con aretes a 15 pesos, tenis, cubrebocas de tela y hasta KN95 a 10 pesos.
Vehículos del Ayuntamiento de Puebla estacionados, según, para evitar que los informales se instalaran, pero una vez más, la estrategia fracasa.
En cada acceso a la 5 de Mayo, hay trabajadores de la Secretaría de Gobernación con megáfonos. Invitan a los ciudadanos a quedarse en casa, “compren con precaución”, dice uno de ellos.
Que no le digan, que no le cuenten. Así la 16 Poniente y 5 de Mayo hoy 4 de enero en #Puebla | @AlmanaquePuebla pic.twitter.com/Sh9DCw3nbR
— Esteban (@Estevanz01) January 4, 2021
Otros se carcajean con los ambulantes, frente a ellos policías municipales. Pero hacen nada.
Entre la 10 y 16 Poniente, la calle llena de ambulantes. La escena contrasta con el mar de personas y las cortinas cerradas de los locales que sí tuvieron que cerrar por la contingencia sanitaria.
Los ambulantes son dueños de la ciudad, no de hoy ni de hace un mes, lo hicieron desde que Claudia Rivera asumió el cargo de alcaldesa en octubre del 2018.
Además del Centro Histórico, también les pertenecen las unidades habitacionales, los parques, están afuera de los hospitales y en los mercados, donde, por cierto, venden bebidas alcohólicas a pesar que existe un decreto que prohíbe su venta hasta nuevo aviso.
La Heroica Puebla de los ambulantes es una realidad a la vista de todos que Claudia Rivera ignora.
