Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Ya lo decía el brillante Umberto Eco: “las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.
Y la invasión de los idiotas es cada vez peor.
Cuánto daño les ha causado las redes sociales a nuestra juventud y a nuestros políticos de microondas.
Los niños ya no sueñan con ser futbolistas, bomberos o astronautas; ahora, están obsesionados con ser tik tokers, youtubers o influencers.
(Siempre he odiado la palabra “influencer”. Cada vez que la escucho siento una patada en el estómago).
Genoveva Huerta y Claudia Rivera Vivanco retratan a la perfección la enajenación que los políticos ‘de ahora’ tienen con las redes sociales.
La lideresa estatal del PAN es de esas mujeres del círculo rojo que piensan que el activismo en redes sociales es suficiente para ser una oposición articulada y de altura; mientras que la alcaldesa de Puebla, quien ya está en precampaña, ahora no puede dejar el celular para grabar cada paso con un selfie stick.
“La Jefa Geno” y Claudia comparten su adicción por la cámara frontal del iPhone y viven en un mundo de mentiras con sus bots y cuentas fakes.
La famosa legión de los idiotas.
Pero, las redes sociales también tienen otro siniestro laberinto que son todos los cobardes y mezquinos, quienes desde la clandestinidad buscan desprestigiar a los gobernantes en turno, políticos y demás personaje público al que ataquen como una parvada de buitres.
En la aldea, el regio Marcelo García Almaguer puso de moda a las granjas de bots en el inicio del oscuro régimen morenovallista, cuando intimidó y hostigó a periodistas y opositores de su íntimo amigo, el fallecido Rafael Moreno Valle.
Sin dar la cara ni revelar sus nombres, estas cuentas faltas se dedican día y noche a amedrentar a los que a sus intereses consideran non gratos.
Pocas son las cuentas bots que en la actualidad me impresionan.
En días recientes uno de estos perfiles llamó mi atención tras una severa aseveración en la que culpa al líder municipal del PRI en Puebla, Humberto Fernández de Lara, de la muerte del ex diputado local Ángel Pacheco Ahuatzin, quien la semana pasada perdió la vida a consecuencias del Covid-19.
La cuenta que se identifica como @carola_lima1 asegura que Fernández de Lara, quien sí tiene el pecado de ser amigo cercano de uno de los hijos de Mario Marín, provocó el contagio de Coronavirus Pacheco Ahuatzin, pues, al decir de este bot, el presidente del CDM priista continuó con sus reuniones a pesar de la pandemia.
Tal vez, Humberto Fernández fue irresponsable, pero no fue culpable del fallecimiento del ex legislador.
Pero, lo que más me alarmó de esta cuenta fake fue la guerra sucia en contra de las mujeres jóvenes del Revolucionario Institucional, quienes aspiran a un puesto de elección popular y quienes ocupan alguna de las carteras del Comité Estatal del PRI.
Las víctimas son: Zaira González, presidenta del PRIMX Puebla; Lidia Ocaña, secretaria de Vinculación con Instituciones de Educación del CDE; y Shirley Ponce, presidenta del ONMPRI Municipal de Puebla.
A estas jóvenes priistas se les acusa misógina y cobardemente que por respeto a ellas no replicaré en esta columna.
También, este mismo bot incita a participar en esta guerra sucia a otras cuentas como @elamoenelpoder, @ramse2do, @PueblaAnonymus, @PRInonymus1 y @GrilloPipope, quienes tienen en común el odio contra las mujeres y la obsesión por desprestigiar a Néstor Camarillo, el controversial líder estatal del PRI, al diputado Javier Casique, y a Pepe Chedraui, aspirante a candidato del PRIANRD a la alcaldía de Puebla.
¿Quiénes, desde adentro del PRI, están pagando los golpes contra Chedraui Bubid justo semanas después de que el empresario se destapó como precandidato del bodrio ‘Va Por Puebla’?
Además de la grave misoginia contra las funcionarias del PRI estatal y municipal, también son muy delicadas las acusaciones contra Pepe Chedraui, a quien están intentando manchar como un padre de familia.
Hace apenas unos días, Twitter en México fue el tema de moda tras suspender las cuentas de los líderes digitales del lopezobradorismo luego de que el presidente exhibió los nexos que unen al director nacional de esta red social, Francisco Jiménez, con Felipe Calderón.
Twitter, sobra decirlo, es la red social con las políticas más laxas, que permite desde la pornografía, la prostitución y el cyberbullying sin ningún castigo.
En estas cuentas que motivan el odio contra las mujeres sí deberían de suspenderse, pero Twitter se hace de la vista gorda.
Cuánta mezquindad y odio se puede encontrar en la legión de los idiotas.
Lo peor de todo es que, con las circunstancias de la pandemia del Covid-19, las redes sociales serán fundamentales durante las campañas electorales que están por empezar.
Busquen su impermeable y su sombrilla, porque la lluvia de mierda está por iniciar.
Ahora sí: lo peor está por venir.