Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Los resultados más recientes del estudio que mide la pobreza en el país realizado por el Coneval prendieron los focos rojos en Puebla, pues la entidad se colocó a nivel nacional como el tercer estado con más personas que viven con carencias y en una situación de vulnerabilidad bastante alto.
La pandemia del Coronavirus golpeó de manera serie a Puebla.
Las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social revelaron que 4 millones 136 mil ciudadanos en Puebla están en situación de pobreza, lo que representa que el 62.4 por ciento de los poco más de 6 millones 583 mil habitantes.
Ver: El descarado Año de Hidalgo de Claudia Rivera
En el estado cerca de 844 mil personas están en situación de pobreza extrema, cuando en tres años atrás, en 2018, eran 524 mil personas, es decir, se pasó del 8.1 por ciento al 12.7 por ciento de personas con extrema carencia económica.
Datos bastante abrumadores.
El gobernador Miguel Barbosa, como es su estilo, no se quedó callado ante esta situación que en definitiva afecta a su administración, y le plantó cara a los resultados del Coneval, a los que calificó como preocupantes.
El mandatario se comprometió a diseñar y mejorar las políticas públicas de su gobierno, pero también precisó algo que es bastante cierto: la iniciativa privada también es responsable de este rezago al no mejorar las condiciones salariales de sus empleados y trabajadores.
Como era de esperarse, no faltaron los buitres que comenzaron a volar sobre la carroña.
La primera en politizar esto y olvidar el contexto de la pandemia del Coronavirus, fue Genoveva Huerta, la lideresa estatal del PAN aferrada a la reelección como presidenta del Comité Directivo Estatal del partido a pesar de la estrepitosa derrota de su partido en las elecciones del 6 de junio.
No podía ser de otra manera.
Huerta Villegas aprovechó el incremento de la pobreza en Puebla al politizarlo, pero, como es su estilo, acomodó los números y recurrió a las verdades a medias.
Con sus cifras alegres, la lideresa panista se vanaglorió de que en los gobiernos morenovallistas, Puebla logró avanzar en la lucha contra la pobreza, lo cual es una mentira flagrante y grosera.
Genoveva Huerta olvidó que en el corruptísimo régimen del siniestro Rafael Moreno Valle la entidad poblana no avanzó en las mediciones del Coneval, sino que se quedó igual que en comparación con la gestión de Mario Marín.
Los gobiernos panistas fracasaron en la batalla para erradicar los rezagos en Puebla.
Gran parte del fiasco en la política social de Moreno Valle fue, como en toda su administración, que la corrupción se enquistó en todas las áreas del gobierno, que se convirtió en un modelo de negocios para financiar las aspiraciones locuaces del difunto de llegar a ser presidente de México.
Ver: Barbosa, López Obrador y el desabasto de vacunas en Puebla
Jorge Aguilar Chedraui, ex secretario de Salud estatal, quien ya está en la mira de las autoridades por diversos delitos cometidos en contra del estado a su paso por la dependencia, fue de los grandes responsables de este gran fracaso.
Uno de los nueve indicadores que el Coneval mide es, precisamente, el acceso a los servicios de salud y a la seguridad social.
Como olvidar que durante la gestión de Aguilar Chedraui al frente de la SSA se cometieron desvío de recursos públicos, lavado de dinero y simulación de operaciones.
A través de un pull de empresas fantasmas, Alfonso Eduardo Letayf Acar, ex director de Operación e Infraestructura de la Secretaría de Salud, y el empresario Eduardo Torres Chedraui, primo de Jorge Aguilar y del prófugo José Juan Espinosa, se asignaron de manera opaca contratos por 400 millones de pesos.
No solo eso, Aguilar Chedraui, a su paso por la presidencia del Congreso del estado, incluyó en el padrón de proveedores del Legislativo poblano a la Mafia de la Secretaría de Salud, que saqueó durante 2011 a 2013 la dependencia estatal.
Jorgito Aguilar se convirtió en un pillo de altos vuelos.
De tener una vida promedio, el exsecretario de Salud pasó a ser un nuevo millonario con una riqueza bastante cuestionable e inexplicable.
Este reportero en una entrega del 2019 narró como Aguilar Chedraui, en sociedad con dos personas más, se compró un avión privado, valuada en varios millones de dólares.
En el entramado del famoso “JACH” pronto empezará a figurar un nombre del que poco se ha hablado: Eduardo Kuri Chedraui, quien es parte principal de la red de corrupción que saqueó a la Secretaría de Salud.
¿Con qué cara Genoveva Huerta puede subirse al tema de la pobreza en Puebla cuando los gobiernos emanados del PAN lucraron con la salud de todos los poblanos?
¿Huerta Villegas ya olvidó los hospitales nuevos morenovallistas que solo era un cascarón de concreto sin doctores, camas o equipamiento?
Ver: Lilia Cedillo, ni esparcista ni carta marcada
La pobreza sí es un problema en Puebla, pero tampoco es que sea algo nuevo ni que en el pasado se hayan hecho mejor las cosas como presume, con un grado de amnesia selectiva notable, la lideresa panista.
Ahí está el ejemplo de Aguilar Chedraui, un pillo que prefirió llenarse los bolsillos a mejorar el acceso a los servicios de salud y a la seguridad social, que agudizan la pobreza en el estado.
Jorge ya está en la mira.
Tic, tac, tic, tac.