Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Si alguien puede presumir como uno de sus logros la lucha feminista y que su esfuerzo les abrió espacios a las mujeres poblana en la política es precisamente una panista que hoy encabeza la lucha contra el falso activismo y una segunda imposición de Genoveva Huerta como lideresa estatal de Acción Nacional.
Este domingo, Ana Teresa Aranda alzó la voz, como solo ella lo sabe hacer, para oponerse al burdo intento de Marko Cortés de colocar dirigentes afines en los comités estatales del PAN para amarrar su reelección al frente del CEN albiazul con miras a la candidatura presidencial del 2024.
Bajo el falso pretexto del feminismo, Cortés Mendoza reservó 16 dirigencias locales exclusivamente para mujeres para enarbolar un falso empoderamiento de las mujeres panistas, pero no es más que un movimiento calculado.
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La presidencia del PAN en Puebla es una de estas, ya que Huerta Villegas es una de las incondicionales del actual presidente nacional quien le asegura uno de los votos necesarios en el Consejo Político Nacional para que el michoacano puede permanecer en el cargo tres años más.
Más que un avance en la lucha feminista por más espacios de primer nivel en la política, Marko Cortés está subestimando las capacidades de las mujeres de su partido para pelearle de tú a tú a cualquier hombre la presidencia de un comité estatal.
Más allá de la violación a los derechos partidistas de sus militantes, lo que el líder nacional del PAN está haciendo es malentendiendo la lucha de las mujeres, quienes no buscan que los cargos se los regalen, sino que el sistema les ofrezcan las mismas posibilidades y circunstancias que tienen los varones en la política.
De eso se trata la equidad y no el fakeminismo de Cortés Mendoza.
Reitero, si alguien sabe lo que es ganarse un cargo partidista o de elección popular a pesar del pacto patriarcal o del establishment es la panista Ana Teresa Aranda.
Aranda Orozco es una de las pocas voces autorizadas en el tema.
Como la primera mujer es presidir al PAN en Puebla, “La Doña” tuvo enfrentarse a sus propios correligionarios y a los varones de la Iniciativa Privada quienes se oponían a que un hombre no fuera el dirigente del partido albiazul.
Como lideresa panista de 1995 al 2000, Aranda asumió al partido con 19 estructuras municipales formales en un estado de 217 municipios. Al terminar, en el año 2000, entregó un partido con 136 estructuras municipales y el 49% de los municipios gobernados.
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Cómo olvidar el movimiento que encabezó por esos años para defender el triunfo de José de Jesús Meneses Pérez por la alcaldía de Huejotzingo.
La futura diputada federal dobló a Manuel Bartlett con el plantón en el antiguo Palacio de Gobierno en el Día Internacional de la Mujer hasta que el gobierno federal ordenó regresarle el triunfo al PAN por la presión que encabezó Ana Teresa Aranda.
Otro de los grandes logros de Ana Tere, quien le plantó cara al siniestro Rafael Moreno Valle y quien sufrió verdadera violencia política de género, fue convertirse en la primera candidata independiente al gobierno del estado en la elección del 2016 a pesar de unas leyes bastantes prohibitivas contra aspirantes ciudadanos en la entidad.
Si alguien sabe lo que las mujeres pueden lograr es “La Doña”.
Por esto es que Aranda Orozco encabeza hoy la resistencia contra una nueva imposición de Genoveva Huerta en la presidencia del PAN en Puebla, quien ostenta actualmente el cargo por regalo de los Moreno Valle a pesar de no contar con algún logro considerable más que una amistad ocasional con la difunta Martha Erika Alonso.
Aunque Huerta Villegas esté envuelta en la bandera del feminismo, sus antecedentes al frente de Acción Nacional en el estado la delatan como la peor enemiga de las mujeres panistas, a quienes relegó de los principales cargos del Comité Estatal para colocar a hombres como sus remplazos.
No solo eso, “La Jefa Geno” ha entregado el control total del partido a un varón, en la persona de Eduardo “Rasputín” Alcántara.
Ver: La Mafia de Leobardo Rodríguez en la Tesorería municipal
Lo que viene es previsible: serán las propias mujeres panistas con feminismo real quienes impugne la convocatoria ilegal aprobada por el CEN para “garantizar” la equidad de género en las dirigencias estatales.
Pero son solo eso, si Genoveva Huerta ya se hacía como la única mujer con posibilidades de presidir al panismo en la entidad, que mejor prestándole atención a Ana Teresa Aranda.
Olvídense ya del dicho de que “entre mujeres podrán despedazarse, pero jamás hacerse daño”. La rebelión de las mujeres panistas contra la imposición de Genoveva Huerta ya dio inicio.