Una de las máximas leyes no escritas de la política nacional, tal vez la más importante, es “no pelearse con el presidente de la República en turno”.
“Nadie se quiere pelear con el Águila”, dicen los hombres y mujeres del círculo rojo que domina la cúpula nacional del poder en México.
Lo que Alejandro Armenta, elegido como propuesta a presidente de la Mesa Directiva del Senado por la fracción de Morena, está perdiendo de vista es que las circunstancias en la que fue impuesto para dicho cargo en la Cámara alta del Congreso de la Unión lo han colocado en una riesgosa y casi mortal encrucijada.
La voracidad de Armenta Mier lo tiene cegado.
Las condiciones políticas de la unción del ahijado de Mario Marín, aunque él se niegue a verlo y lo plantee como un gran triunfo que sus matraqueros y propagandistas así pregonan, no son para nada favorables debido a la afrenta que su padrino Ricardo Monreal ya hizo de manera abierta contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La plenaria de los senadores morenistas, a la que los principales cuadros de AMLO, con excepción de Marcelo Ebrard, como Adán Augusto, Claudia Sheinbaum o Rogelio Ramírez de la O, hicieron un notorio vacío, fue el llamado de guerra del expriista en contra del titular del Ejecutivo federal y de su gobierno.
El mensaje de la noche del martes, que nadie puede escatimar en lo digno y congruente que fue, contra López Obrador marcará, sin lugar a duda, un antes y un después en la ya muy fragmentada relación entre Monreal y el presidente.
Las palabras del exdelegado de la Cuauhtémoc fueron duras y bastante temerarias en contra del Andrés Manuel.
Monreal Ávila, en su obsesión de sumarse –a como dé lugar– a la carrera de la sucesión presidencial del 2024, decidió quemar naves y romper sus lanzas.
Un verdadero movimiento poco calculado que parece más de un kamikaze que de un político con amplia experiencia como lo es el zacatecano.
En lugar de entregar la Mesa Directiva del Senado de la República y no inclinar la balanza a favor de su esbirro, Ricardo Monreal decidió encadenarse a su único coto de poder con el que cuenta en la actualidad a pesar de todas las señales que le fueron mandadas desde Palacio Nacional y desde Bucareli.
¿Qué tanto le suma a Monreal aferrarse a la Mesa Directiva del Senado?
Nada.
Mucho menos al marinista Armenta, quien está al borde del abismo.
Y es que, Alejandro, al estar a la órdenes de un superior, como está acostumbrado en su precaria carrera política, tendrá que seguir las órdenes de Ricardo Monreal de manera casi religiosa sin importar que estas se contrapongan a las indicaciones de López Obrador y de algunas de sus corcholatas, como Claudia Sheinbaum o el propio Adán Augusto.
Si bien Armenta es un experto en traicionar a sus padrinos políticos o en desconocerlos como lo hizo con Marín, Javier López Zavala, César Camacho, Miguel Ángel Osorio Chong o Miguel Barbosa, luce imposible que el nacido en Izúcar de Matamoros le juega las contras a Ricardo Monreal para quedar bien con AMLO en aras de ganarse su aval en la interna de Morena en Puebla.
¿Alguien se imagina a el otro primo Mier caminando en dirección apuesta a la trazada por Monreal Ávila?
Armenta Mier acatará todas las indicaciones del zacatecano, quien tiene su propio juego rumbo al 2024 y quien solo ve como un accesorio al poblano para encarecer su verdadera negociación, que es la de hacerse con la candidatura del Movimiento Regeneración Nacional al gobierno de la Ciudad de México.
De hecho, el rompimiento de Monreal con Andrés Manuel se debió al doble juego que desde el Senado este inició en contra del presidente al darle juego a los legisladores de oposición, dilatar sus iniciativas urgentes y hasta conspirar en contra de Sheinbaum Pardo en las elecciones intermedias del 2021 en la CDMX.
El expriista perdió de vista que la batalla de su padrino es personal y él será un daño colateral que tendrá el veto de López Obrador en caso de seguir con su sueño guajiro de abanderar a Morena en Puebla en el 2024.
Tampoco se puede pasar por alto que, en caso de concretarse su unción como presidente de la Mesa Directiva en el pleno del Senado este jueves, Armenta Mier tendrá una enorme responsabilidad que le quitará tiempo para seguir promocionándose al interior del estado con su libro plagiado y con la repartición de sus arbolitos.
Sí, Armenta puede ver como un triunfo su nuevo cargo legislativo, pero este solo lo aleja aún más del 2024.
La voracidad de ahijado de Marín, alimentada por Monreal, es un pleito contra López Obrador.
Y sí, solo un locuaz es capaz de pelearse contra el presidente de México.