El discurso pesimista que ya comenzaron a emitir la tríada del caos conformada por Claudia Rivera, Ignacio Mier y Rodrigo Abdala para justificar la vergonzante derrota que obtendrán este sábado en la elección interna de Morena no es ninguna casualidad ni coincidencia.
Los marginales ya están centrando sus posturas en “la política vieja”, “el acarreo”, y “el aparato gubernamental”, como pretexto de sus incapacidades para hacerse de la mayoría del Consejo Político Estatal morenista en Puebla.
La derrota es inminente ante sus nulos apoyos al interior del Movimiento Regeneración Nacional, su pésima imagen frente a la militancia lopezobradorista en Pueblas y sus limitadas capacidades políticas y de movilización comprobada en más de una ocasión.
Con sus “musculitos” quieren pelear en la división de los pesos pesados.
Los conspiradores del gobernador Miguel Barbosa son perdedores natos, pues, con la excepción de Rivera Vivanco, quien ganó en el 2018 gracias al arrastre de Andrés Manuel López Obrador, jamás han ganado una elección popular al ocupar siempre posiciones plurinominales o cargos en la administración pública de segundo pelo como en los casos de Abdala Dartigues y Mier Velazco.
No por nada el inútil Moisés “Mala Fama” Mier es conocido como el General, porque generalmente pierde sus batallas.
Tampoco se puede pasar por alto la estrepitosa y humillante derrota por más de dos dígitos que Claudia Rivera sufrió en los comicios intermedios del año pasado cuando fracasó en su intento de reelegirse como alcaldesa de Puebla al dilapidar el voto duro morenista en la capital del estado.
El alud de votos que sumió a la peor edil en la historia de la Angelópolis en la orfandad política la dejó fuera de la carrera por la dirigencia estatal del partido lopezobradorista.
Mier y Rivera Vivanco no se postularon como consejeros estatales para evitar el ridículo de ser derrotados y comprobar que la militancia y los nuevos ciudadanos que se afilian al Movimiento Regeneración Nacional los aborrecen.
Mas vale sacrificar a sus alfiles que pasar sumar una nueva vergüenza pública.
El caso de Rodrigo Abdala es inédito. El actual Jefe de la Unidad de Planeación y Evaluación de Programas para el Desarrollo de la Secretaría de Bienestar (cargo de tercer nivel que le consiguió el impresentable Gabriel García Hernández) pese a contar con todo el impulso de su padrino Manuel Bartlett, de tener las referencias de Andrés Manuel López Obrador y de ser impuesto en varios cargos importantes a nivel estatal confirmó “hay maderas que nunca agarran barniz”.
Abdala desde el 2015 cuando le regalaron una curul plurinominal en San Lázaro y después lo encomendaron en el 2017 para hacerse cargo en la entidad de los apoyos entregados por Morena para los damnificados de los sismos de ese año jamás logró consolidarse como un proyecto electoral, pues su soberbia, engreimiento y vanidad terminaron por hundirlo.
Como superdelegado de Bienestar en Puebla, cargo al que llegó en el 2018 como premio a su docilidad hacia Gabriel García, Rodrigo creó una estructura obsoleta e inservible a lo largo del estado a costa de los programas asistenciales del gobierno de AMLO.
Justo esta estructura es con la que hoy Abdala Dartigues busca hacerse, a través de mapacherías, de la mayoría de los consejeros estatales de Morena.
Sin embargo, su torpeza quedó de manifiesto.
Las pillerías y marrullerías del ahijado de Bartlett ya llegaron a oídos de Ariadna Montiel, secretaria federal de Bienestar, quien ya le ordenó al “Mapache” Rodrigo sacar las manos de la elección interna de Morena en Puebla y le exigió no lucrar con los programas sociales del gobierno federal.
Una fuente de extrema confianza le adelantó a este reportero que Montiel Reyes dio la orden que ningún vehículo, trabajador o instalación del gobierno federal en el estado o de la delegación pueden ser ocupados durante la jornada del próximo sábado.
La secretaría federal de Bienestar montará un operativo de resguardo similar a los que se hacen durante las elecciones ordinarias para evitar que personajes corruptos como Rodrigo Abdala hagan de las suyas en la interna del partido lopezobradorista a desarrollarse en todo el país este sábado y domingo.
En pocas palabras, a Abdala ya le amarraron las manos.
Rodrigo resultó un muy mal aprendiz de Manuel Bartlett.
Nada de qué sorprenderse.
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