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La búsqueda del voto universitario

El voto universitario es más que atractivo para Armenta y Lalo Rivera, sin embargo conquistarlo ya no es tan sencillo como lo era antes, pues el acceso a la información y la irrupción de las redes sociales han hecho que este sector de electorado sea el verdadero “voto consciente”
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En el 2024, más de 26 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años tendrán la posibilidad de votar en las elecciones de 2024 para escoger a quien ocupará la silla presidencial en el próximo sexenio, y que, de acuerdo con el corte de noviembre de 2023 del Instituto Nacional Electoral, representan el 30% de la lista nominal de todo el país.

De este espectro, 3.9 millones de jóvenes de 18 y 19 años ejercerán su voto por primera vez en estos comicios en los que además de la Presidencia de la República, están en juego 500 diputaciones federales, 128 senadurías, ocho gobiernos estatales, la jefatura de Gobierno de Ciudad de México, entre otros cargos.

De acuerdo con datos del INE, los primovotantes tienen un alto grado de participación en las elecciones federales, con cifras de participación de hasta un 65% de los inscritos en la lista nominal, lo que los convierte en un sector muy atractivo para partidos y aspirantes a un cargo público.

En las elecciones del 2018 destacó la aportación de los jóvenes de 18 años, que superaron la media nacional, al participar el 64.7%. No obstante, las estadísticas electorales muestran que si bien la participación de los jóvenes que acuden por primera vez a las urnas es alta, esta disminuye entre los 20 y 29 años.

Justo en este sector se encuentran los universitarios.

Aunque parezca difícil de creer, las personas menores de 40 años representan el 50% del padrón electoral, pero son los que menos votan en las elecciones federales.

En Puebla, El listado nominal de Puebla está por alcanzar los 5 millones de votantes. De estos, un 23.8% tiene entre 20 y 29 años, y un 21 por ciento entre 30 y 39 años, ambos representan alrededor del 45 por ciento de la lista nominal de Puebla, es decir 5 de cada 10 votos provendrán de electores en estos rangos de edad.

No se equivocan Alejandro Armenta y Eduardo Rivera en enfocar estas semanas de campaña en enamorar a los jóvenes que estudian alguna licenciatura o ingeniería en las principales universidades públicas y privadas de la entidad poblana.

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Hasta hoy, tanto el abanderado de Morena como el del PAN no han despreciado ninguna invitación de la BUAP, Ibero, Upaep o Tec de Monterrey para presentarse y exponer sus candidaturas, sus plataformas electorales y sus compromisos frente a los jóvenes.

Armenta Mier y Rivera Pérez pasaron con éxito y fueron bien recibidos por la comunidad universitaria de la BUAP en sus encuentros por separado en el Salón Barroco del Edificio Carolino.

Lo mismo sucedió ante las comunidades de la Ibero y la Upaep.

En donde los candidatos de Sigamos Haciendo Historia y de Mejor Rumbo para Puebla no la pasaron tan bien fue en el ITESO campus Puebla. Ahí, los universitarios se mostraron más que aguerridos y críticos ante los candidatos punteros en la carrera por el gobierno del estado.

Armenta fue puesto en apuros por los estudiantes del Tec al ser cuestionado sobre su paso del PRI a Morena y su postura frente a la estrategia de seguridad federal.

Por su parte, Lalo Rivera tampoco tuvo un “día de campo” frente a los “borregos”, quienes lo incomodaron con temas como la legalización del aborto y la crisis de seguridad que azota a la capital del estado.

La actitud mostrada por los universitarios del Tecnológico de Monterrey no solo es plausible, también es esperanzador, pues a todos en el país y en Puebla les conviene que la juventud esté cada vez más despierta, participativa y critica frente a la clase política.

Por dónde se le vea, el voto joven es más que atractivo para el morenista y el panista, sin embargo conquistarlo ya no es tan sencillo como lo era antes, pues el acceso a la información y la irrupción de las redes sociales han hecho que este sector de electorado sea el verdadero “voto consciente”.

Y es que, los universitarios no se conforman con una beca o un apoyo económico, una playera, una sombrilla o una mochila; ellos buscan verdaderas oportunidades laborales, mejores condiciones de vida y estabilidad ante un mercado laboral en el que el free lance, el outsorcing y el emprendedurismo les han complicado más las cosas.

Como lo hemos señalado en anteriores entregas de esta columna, el candidato que logre cautivar al famoso “voto millennial” tendrá un porcentaje muy importante y casi decisivo de la votación en su bolsa.

¿Quién es el candidato que mejor propuestas y que más convence a las y los universitarios? 

Ya lo sabremos el 2 de junio.

Off the record

La rectora Lilia Cedillo sigue demostrando que su investidura como rectora de la BUAP y el prestigio de la máxima casa de estudios de Puebla está por encima de todo.

A diferencia de otros rectoratos que ofrecían a la Universidad Autónoma de Puebla como botín político para equis partido o candidato, Cedillo Ramírez tuvo un gran acierto de abrirle las puertas del Consejo Universitario a los tres candidatos al gobierno del estado.

En un acto de madurez institucional, La Doctora Cedillo demostró que nada ni nadie está por encima de la BUAP y de su comunidad universitaria.

Lejos quedaron ya los tiempos en los que en la Benemérita de Puebla solo se recibía al candidato puntero o al que se perfilaba para ganar.

Lilia Cedillo enarbola todo lo que la rectoría de la BUAP merece.

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