Para nadie es un secreto que los penales estatales y municipales se han convertido pese a esfuerzos de las autoridades en limpiarlos de corrupción y del tráfico de estupefacientes, en verdaderos focos rojos.
Primero fue San Miguel, donde grupos delincuenciales querían apoderarse del poder interno del penal.
El drama del cuerpo del pequeño Tadeo localizado en el contenedor de basura del penal.
Las fiestas glamurosas de reos consentidos como los defraudadores Tiro Moranchel.
Las habitaciones que se alquilaban a presos cuál motel funcionando en alguna zona de San Miguel.
En la mira, ahora están las sendas irregularidades que se presentan al interior del penal de Tehuacán.
Desde el pasado 15 de abril circula una misiva en diversos medios de comunicación donde se transforma en un grito de desesperación y de auxilio desde lo más adentro de la cárcel de ese municipio.
Escrita la carta por internos hablan des que el CERESO se ha convertido en un centro de drogas.
En las mismas líneas acusan la comercialización de estupefacientes como: cristal, heroína, marihuana y cocaína al interior del Centro de Readaptación Social tehuacanero.
La venta de estás drogas en cárceles poblanas no sorprende, como tampoco sorprende, que acusan en su carta que son las propias autoridades encargadas del penal de Tehuacán las que permiten su comercialización y su consumo.
De acuerdo con el escrito, esas irregularidades están protegidas por comandantes que están al cargo del penal, que hay otras personas que ingresan las sustancias ilícitas en las verduras.
De la misma forma, se denunció que quienes hacen bolsas de plástico no se pueden quedar con el fruto de su trabajo, deben pagar derecho de piso, por el uso de las celdas son ciento cincuenta pesos, misma cantidad por cada hora de visita de sus familiares, quienes no pagan son golpeados por otros reos, quienes igualmente tienen protección.
Ojalá, el presidente municipal de Tehuacán, Pedro Tepole ponga atención en lo que se vive al interior del CERESO y no se vuelva cómplice por omisión o comisión.
Cuidado, la cárcel de Tehuacán, un verdadero foco rojo.