Hay decisiones que se toman en la rectoría de la Universidad de las Américas Puebla que son incomprensibles.
Una de ellas es la negativa de retomar las actividades presenciales en el campus de San Andrés Cholula en detrimento de miles de alumnos de la universidad, que en algún momento fue considerada la más importante del país.
Y es que, los Jenkins, el prófugo Luis Ernesto Derbez y Cecilia Anaya están empecinados en sacrificar a la Udlap y a su comunidad universitaria a cambio de recuperar el control de las finanzas de la Fundación MSJ y con ello continuar con el saqueo millonario de las arcas y los negocios turbios a costa de la institución.
Lo suyo no es la calidad educativa ni el bien común de sus alumnos y profesores ni mucho menos la excelencia académica; su prioridad está en acabar con la fortuna de millones de dólares que William O. Jenkins pidió ocuparla para el desarrollo filantrópico de Puebla y de sus ciudadanos.
La Universidad de las Américas Puebla es un simple medio para alcanzar un fin.
Bien dicen que el dinero, y más el ajeno, todo lo corrompe.
La rectoría de la Udlap perdió ya todo el rumbo y navega como una veleta en mar abierto.
El último gran disparate de Anaya Berríos fue la cancelación de los programas deportivos y el despido masivo que se hará efectivo en los próximos días de todo el personal administrativo, directores, jefes y coaches de los seis equipos representativos de la universidad.
Al decir de varios de los afectados que pidieron la gracia del anonimato, la rectora interina de la Udlap no tiene ninguna intención de apoyar el deporte en la institución a pesar de que los equipos de futbol americano y soccer, de basquetbol, de voleibol, de atletismo y tae kwon do han sido ejemplo nacional por su organización y resultados.
La especia confirmó a este reportero que varios estudiantes becados, así como diferentes entrenadores reventaron abiertamente contra Cecilia Anaya a quien le reclamaron su postura después de que ella les pidió apoyo para participar en las marchas para exigir la liberación del campus.
En pocas palabras, se sintieron usados por su rectora.
Tras la reunión vía zoom del miércoles por la noche en la que fueron notificados de los próximos despidos, así como la cancelación de los programas deportivos, los entrenadores de los aztecas y los deportistas becados descargaron sus malestares contra la vicerrectora de Asuntos Estudiantiles, María del Carmen Palafox Ramos, quien intentó desmentir las renuncias sin ningún éxito.
El desprecio a los aztecas de la Udlap por parte de su rectora es más que claro.
Lo que resulta bastante contradictorio es que Cecilia Anaya, desde el momento en que fue nombrada como rectora interina, ha tenido el control de las cuentas bancarias, del pago de nóminas y del ingreso de las colegiaturas, por lo que está decisión de cancelar el deporte en la Udlap no tiene nada qué ver con el pleito legal entre los Jenkins por el control de la Fundación y de la propia universidad.
Anaya Berríos es una de las grandes responsables de que la Universidad de las Américas Puebla se hunda cada día más.
¿Para esto Luis Ernesto Derbez y los Jenkins querían recuperar a la FMSJ y a la Udlap?
¿Con qué van a salir ahora los marginales voceros de los patronos de la Fundación Jenkins y del prófugo Derbez Bautista, quien solo saben apuntar al gobierno barbosista?
Lo que viene es lógico: defenderán lo indefendible.
Pobre Udlap, en manos de quién fue a terminar.
Tonantzin Fernández traiciona otra vez a Barbosa
Quien traiciona una vez, traiciona dos veces.
Tonantzin Fernández lo hizo de nueva cuenta.
Obstinada con alcanzar la candidatura a la presidencia municipal de San Pedro Cholula en el 2024, la diputada local morenista acuchilló por la espalda al gobernador Miguel Barbosa, con quien apenas intentó congraciarse tras su ingratitud mostrada en las pasadas elecciones intermedias al pactar con el impresentable Carlos Evangelista.
Fernández Díaz se reunió el pasado martes en total clandestinidad con Ignacio Mier en sus oficinas en San Lázaro para sumarse a su proyecto rumbo a la próxima sucesión.
Sin embargo, la legisladora poblana no pudo pasar del todo desapercibida y su encuentro con Mier Velasco fue presenciado por diferentes testigos, quienes en seguida la identificaron y mandaron los mensajes pertinentes a Puebla.
Una alcaldía bien vale una misa.
U otra traición.
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