Claudia Rivera es la nueva ave de las tempestades en Puebla.
Su desprestigiada imagen tras una caótica gestión municipal se ha convertido en el argumento perfecto para golpear a cualquier persona relacionada o no con la exalcaldesa emanada de Morena.
El claudismo es el símil de lo que fue en su momento el marinismo en cada proceso electoral.
El gobierno de Rivera Vivanco dibuja a la perfección la ineficiencia, la improvisación y la corrupción.
Sobra decir que el trienio de Claudia, el cual fue catalogado como el peor de México de principio a fin, fue tan tóxico que contagió de muerte al Movimiento Regeneración Nacional en la capital y a todos los candidatos del partido lopezobradorista en la zona metropolitana.
El fracaso de Morena en la Angelópolis y en su al rededor tiene el nombre y apellido de la exedil.
Para nadie es un secreto que está en marcha una campaña de desprestigio en contra de Eduardo Rivera, quien se perfila como el puntero rumbo a la sucesión del 2024.
Lo inédito es que para el golpeteo mediático contra el alcalde emanado de Acción Nacional hoy se utiliza la imagen de Claudia Rivera Vivanco para dañarlo.
Un sector de la prensa aldeana ha sembrado la inverosímil teoría de un pacto entre el panista y la morenista en el marco de la aprobación por parte del Cabildo, de mayoría albiazul, de la última cuenta pública de Rivera Vivanco.
Repasemos un poco de lo que se ha dicho.
Primero, se aseguró que Rivera Pérez negoció la aprobación de los estados financieros de enero a octubre de 2021 de Claudia Rivera luego de que Tribunal Electoral del Estado se declaró incompetente para castigar a la exedil por el delito de violencia política de género en contra de Yasmín Flores.
Falso de toda falsedad.
¿Qué gana el panista con indultar a su antecesora e, incluso, absorber todas sus irregularidades cometidas a su paso por el Charlie Hall?
Exacto: nada.
Luego, se dijo que siempre “no” hubo alianza entre Riveras y que la última cuenta pública de Rivera Vivanco fuera aprobada fue por una rebelión de siete regidores de la alianza Va por Puebla, cuatro de ellos, Fernando Sarur, Dolores Cervantes, Luis Franco y Ricardo Grau, identificados plenamente con Genoveva Huerta y Eduardo Alcántara, a través del cabildeo del pillo Leobardo Rodríguez.
Es el impresentable Leobardo quien está filtrando esta información de manera sesgada y dolosa para crear una percepción y una realidad inexistente.
Medias verdades y mentiras completas.
Lo que realmente pasó y que está a la vista de todos es lo siguiente:
Cierto como lo es, el Cabildo del Ayuntamiento de la capital aprobó la última cuenta pública de Claudia Rivera por mayoría de votos, pues los estados financieros son indivisibles, es decir, se tienen que considerar forzosamente el año fiscal completo, dentro del cual también se incluyen los primeros meses de la actual administración de Lalo Rivera.
La aprobación de la cuenta pública del Ejercicio Fiscal 2021 que tuvo lugar en la sesión de Cabildo efectuada el pasado viernes 22 de abril, es independiente a los procesos relacionados con la Entrega-Recepción del Gobierno Municipal que siguen vigentes en contra de Claudia Rivera, por lo que los señalamientos hechos por Rivera Pérez de la insuficiencia presupuestal heredado, el hoyo financiero y el quebranto a las arcas de la Angelópolis cometidos por la exalcaldesa siguen intactos.
De manera paralela, se mantienen los procesos iniciados con motivo de las más de 2 mil observaciones detectadas por la Comisión Entrante de Entrega-Recepción, mismas que fueron remitidas a la Auditoría Superior del Estado y se dio vista a la Contraloría Municipal, la cual radicó el expediente que actualmente se encuentra en etapa de investigación en contra de la administración claudista.
Fuentes del gobierno municipal aseguran que más allá de los tiempos de los procesos, continúa de manera firme y apegada a derecho el seguimiento a las observaciones realizadas en contra de exfuncionarios, por lo que no están descargadas ningún tipo de sanciones.
En pocas palabras, el amasiato entre Claudia Rivera y Lalo Rivera solo vive en el imaginario de aquellos que quieren mermar la imagen de este último utilizando el desprestigio de la primera.
Ni pacto ni alianza.
Las acusaciones hechas y las denuncias presentadas siguen el curso de lo legal.
Lo demás es lo de menos.
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