Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Bastó un solo día para que Claudia Rivera comprobara que es la alcaldesa más repudiada en la historia de Puebla.
En apenas un recorrido, Rivera Vivanco confirmó el por qué el 80 por ciento de sus gobernantes la aborrecen y se oponen a su relección como presidenta municipal.
En su primera casa visitada, la candidata de Morena se dio cuenta las razones por la que es considerada la peor edil del país.
Claudia Rivera tuvo que dejar su lujoso departamento en la Torre Nducha, en San Andrés Cholula, para sentir el encono y la molestia generalizada que provoca su presencia en cualquier calle que pisa como consecuencia de una gestión inconclusa, corrupta e incongruente.
Y es que, no es lo mismo recorrer la capital con el sombrero de alcalde e inaugurar obras junto con su equipo de marginales, que salir a pedir el voto y dar la cara ante los habitantes que desde hace más de dos años sufren las incompetencias, ineptitudes y carencias de un Ayuntamiento que desde su inicio estaba destinado al fracaso.
En su primer día de campaña, Rivera Vivanco no pudo dar un paso sin que un vecino le reclamara por la inseguridad, sin que una persona de escasos recursos le recriminara su nula política de desarrollo social o bienestar, sin que una colona la exhibiera por su falta de compromiso con las mujeres o sin que un joven no la acusara de corrupta.
Los videos que circulan en redes sociales son demoledores.
Por si fuera poco, a Claudia Rivera la realidad del fracaso de su gobierno municipal la golpeó como un tren que viaja a 100 kilómetros por hora.
Mientras la abanderada del Movimiento Regeneración Nacional pedía el voto sin encontrar eco en sus promesas vacías, el primer cuadro de la Ciudad de Puebla se incendiaba como recordatorio de todo el caos, las crisis y los pendientes que su gobierno municipal dejó.
Si el repudio de sus votantes le quitó a Rivera Vivanco la risa socarrona con la que pidió licencia frente al Cabildo capitalino, el sangriento enfrentamiento entre ambulantes en el Centro Histórico le pateó la boca del estómago a la mujer que hace campaña con una imagen que se asemeja más a una actriz de telenovelas que a una candidata de la Cuarta Transformación lopezobradorista.
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Muy rápido, Claudia Rivera tocó fondo como desenlace a una candidatura que nació muerta y que después revivió en medio de la ilegalidad y marcado por los escándalos de un registro posfechado y extemporáneo y los sobornos millonarios a los consejeros del IEE.
¿La candidata de Morena aún podrá descender al subsuelo?
Lo de ayer, sin duda, ha sido el peor inicio de campaña en la historia de las elecciones de Puebla.
Algo le puede quedar ya claro a Claudia Rivera: ni todo el dinero que le pueda meter a una elección es suficiente para revertir el repudio de los votantes.
Rivera Vivanco es un lastre para Morena.
Una mancha que se extiende por toda la zona conurbada.
Alguien aún duda que la catástrofe inminente del partido lopezobradorista en la Angelópolis tiene nombre y apellido.
¿Podrá Claudia Rivera revertir el pésimo inicio de campaña de este martes?
Luce imposible.
Esto solo es el primer capítulo de la crónica de una derrota anticipada.
Es cuestión de tiempo para que la abanderada de Morena estalle ante tantos reclamos y reproches.
Ahora sí veremos a la verdadera Claudia, aquella intolerante, soberbia y engreída que se encapsuló y que está obsesionada con reelegirse a pesar del rechazo generalizado.
Aquella que hizo a las mentiras y la corrupción una costumbre.
La misma que la traición y la simulación fueron su rúbrica.
La candidata morenista es una bomba de tiempo.
Lo que mal inicia, mal termina.
