Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Estábamos mejor cuando estábamos peor.
Todo parece que ni después de 14 de octubre nos vamos a librar de la maldición de Claudia Rivera en Puebla.
Es más, la maldición ahora será a nivel estatal.
Lo que parecía una noticia para celebrarse terminó convertida en una amenaza latente para todos los poblanos.
Ver: Aguilar Chedraui, en la mira
La inminente salida de Rodrigo Abdala como superdelegado federal en Puebla ya no podrá festejarse, pues todo indica que su relevo será la repudiada Rivera Vivanco como parte de una operación que se está diseñando en la Ciudad de México para rescatar a la edil una vez que concluya su catastrófico gobierno municipal.
No resulta fortuita ni obra de la casualidad la nueva línea discursiva con la que Claudia Rivera inició esta semana un carrusel de medios en las principales estaciones de radio y de televisión para lavarse la cara tras la humillante derrota en las elecciones del 6 de junio.
La vilipendiada alcaldesa poblana jura y perjura que “se le podrá acusar de todo menos de corrupta”, aunque en toda la Angelópolis existe la percepción que Rivera Vivanco sí encabezó un gobierno corrompido, infame e incapaz.
Claudia Rivera ya está planeando su salida del Ayuntamiento de Puebla antes de culminar el periodo para el que fue electa, por lo que su nuevo discurso empata a la perfección con el futuro que le depara a la peor edil del país, al decir de diferentes estudios de opinión.
Y es que, desde la Ciudad de México ya se echó a andar un plan para blindar a Rivera Vivanco una vez que culmine su administración municipal el próximo 14 de octubre.
El periodista Mario Alberto Mejía adelantó que Claudia Rivera y Fernando Manzanilla son los dos principales aspirantes para suceder a Abdala Dartigues en la coordinación del gobierno federal en Puebla.
Aunque en un inicio todo parecía que la federación al fin había abierto los ojos al cesar al inútil Rodrigo Abdala de la superdelegación como castigo tras el desastre provocado con la vacunación en el estado y por su ineficacia en la consulta popular para enjuiciar a los expresdientes, la realidad es que su salida no es más que un movimiento político que se cocina en la CDMX.
Una vez más Julio Scherer y Claudia Sheinbaum buscan interferir en la vida política de Puebla.
No solo eso, intentan llevarle las contras, como lo pretendían de manera burda y sin ningún éxito en los comicios intermedios del 6 de junio, al gobernador Miguel Barbosa.
La idea que nació en el escritorio de Scherer Ibarra, con el respaldo de Sheinbaum Pardo, de convertir a Claudia Rivera en superdelegada en Puebla no es ningún disparate o un “buscapiés” para intentar frenar todos los procesos judiciales que le esperan, sino un proyecto firme.
Ver: El descarado Año de Hidalgo de Claudia Rivera
De manera increíble y burlándose de todos los poblanos, el influyente consejero jurídico del presidente Andrés Manuel López Obrador planea rescatar a Rivera Vivanco con la coordinación del gobierno federal como su escudo.
(Si no es Claudia Rivera será el decadente Fernando Manzanilla quien llegue a la delegación federal en la entidad poblana).
También se tiene la intención de mantener vigente a Doña Claudia para el 2024 o que ésta sea la encargada de la conformación de la estructura electoral en Puebla para la campaña presidencial de Sheimbaum.
Parece que el reporte de los tristes y humillantes resultados del 6 de junio no llegaron a Palacio Nacional.
Julio Scherer piensa que la superdelegación será suficiente para evitar que la deprimente edil capitalina pise la cárcel en los próximos meses por los delitos de corrupción, desvío de recursos públicos, abuso de autoridad y complicidad y encubrimiento del caso del acoso que sufrió Karina N. por parte del pervertido Andrés García Viveros.
Lo que se está tramando desde la Ciudad de México es una declaratoria de guerra al barbosismo.
Así de claro.
Los radicales de Morena, que lideran Scherer Ibarra y Claudia Sheinbaum, buscan vengarse de Miguel Barbosa, quien fue el único liderazgo del partido lopezobradorista en salir avante en las elecciones intermedias de junio.
La posible llegada de Claudia Rivera a la superdelegación federal es la prueba fehaciente del desprecio que desde Palacio Nacional les provoca Puebla.
En qué cabeza cabe la idea de nombrar a Rivera Vivanco como la coordinadora federal del gobierno de López Obrador en la entidad tras su caótico gobierno municipal que hundió en la miseria a Puebla.
En tres años, la repudiada edil demostró que es incapaz de gobernar una ciudad entera, y, sin embargo, ahora será la cabeza de la última etapa de la vacunación en el estado para los bebés, niños y adolescentes, de los programas sociales y demás proyectos de la administración de AMLO.
Ni muerto el perro se acabó la rabia.
Qué equivocados estábamos todos aquellos que pensábamos que el 14 de octubre sería el último día de esta pesadilla que se llama Claudia Rivera Vivanco.
¿Qué le adeudan a la alcaldesa para rescatarla una y otra vez?
¿En qué momento dejaron crecer a los enanos?
Ver: Barbosa, López Obrador y el desabasto de vacunas en Puebla
Si Julio Scherer y Claudia Sheimbaum piensan que un cargo en la burocracia federal frenará las investigaciones y futuras ordenes de aprehensión en contra de Rivera Vivanco están muy equivocados.
Aunque la edil jure que no es corrupta, su presenta la condena.
Ahora sí: lo peor está por venir.