Regresó el desfile del 5 de Mayo a Puebla.
La entidad revive con sus fiestas de mayo.
El primer desfile de Andrés Manuel López Obrador en el marco del 160 Aniversario del sitio de Puebla fue todo un éxito.
Algo que quedará en la memoria de los poblanos para siempre.
Un desfile emotivo y austero, lejos de la vanidad y del ornato del oscuro pasado morenovallista, el desfile del 5 de Mayo de la era barbosista cumplió con todas las expectativas generadas.
El dicho reza que “el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”.
El gobernador Miguel Barbosa y AMLO dieron cátedras sobre la gesta heroica de los Fuertes de Loreto y Guadalupe.
Dos grandes historiadores en un tet a tet.
Como gran admirador y conocedor de los almanaques poblanos, Barbosa resaltó la defensa de los naturales para derrotar al invencible ejército francés, la valentía de “Los Tres Juanes”, la inteligencia de Porfirio Diaz y la disciplina de Ignacio Zaragoza.
AMLO prefirió recordar a Benito Juárez.
(López Obrador, tal vez, sea el más juarista de todos los presidentes)
López Obrador desenterró la figura del Benemérito de las Américas por su perseverancia, decisión y apego a sus convicciones para consumar “la segunda independencia de México”.
“Siempre mantuvo una inquebrantable fe en la causa que defendía. Fue honesto, austero, sobrio. Demostró con hechos ser un hombre de principios y sobre todo un patriota”.
Claro que no podían faltar las palabras “patriotas”, “conservadores” y “progresistas”.
Puebla frente a su historia.
Puebla, otra vez, se cubrió de gloria.
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Como si se tratara de la entrega de calificaciones de cada semestre, Miguel Barbosa fue elogiado la mañana de este jueves con calificaciones de excelencia y mención honorífica por Andrés Manuel López Obrador.
“Estamos muy contentos, muy satisfechos con el trabajo que está haciendo el gobernador Miguel Barbosa en Puebla”, fueron las palabras de AMLO para el mandatario poblano.
Y vaya que la plataforma no pudo ser mejor.
En la mañanera, ese espacio que ven millones de mexicanos, y en el 160 aniversario de la batalla del sitio de Puebla.
El presidente de la República llegó otra vez a tierras poblanas para reconocer en Barbosa Huerta a uno de sus más fieles soldados.
La versión de la 4T de Benito Juárez e Ignacio Zaragoza.
La buena relación, complicidad y lealtad entre ambos quedó una vez más de manifiesto.
Y sí, claro que hubo señal.
Miguel Barbosa es lopezobradorista.
Morena necesita de ambos para el futuro.
A los lejos, Nacho Mier solo miraba de reojo mientras se hundía en la última silla del presidio que le fue asignada por la Presidencia de la República.
Alejandro Armenta, mas lejos aún, no tuvo más que aplaudir los halagos de Andrés Manuel a Barbosa.
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Tres vecinas despistadas de la Calle Niño Artillero —el nombre lo dice todo— intentaron una endeble porra al grito escueto de “gobernador, gobernador, gobernador”, misma que se perdió entre el olor a memela y el bullicio de una de las salidas habilitadas a las faldas de los cerros de Loreto y Guadalupe.
¿La organizadora?
Su hija Daniela Mier.
La líder de los diputados genovista y del ridículo G5 en el Congreso local le pidió a una de las señoras que buscaban una selfie con Gerardo Fernández Noñora, que arengaran a favor de su desconocido padre, quien comprobó que para los poblanos de a pie es un hijo más de vecino.
Nachito Mier llegó como se fue al desfile en el Mausoleo a Ignacio Zaragoza: como un ignoto para el pueblo bueno y sabia, sin “la pinche señal” de AMLO y con las manos vacías.
Y es que, a pesar del seco calor del verano poblano, Mier Velazco tuvo una de las mañas más frías en su vida.
Moisés “El Soñador” recibió el trato de uno más del montón por parte de López Obrador y se tuvo que relegar como escolta de Adán Augusto López, el poderoso secretario de Gobernación federal, para guiarlo a su lugar en el presidio durante los honores al lábaro patrio y la toma de nota de los nuevos cadetes de la XXV Zona Militar.
El gélido 5 de mayo de Nachito se remató con su lugar asignado durante el desfile cívico miliar. Al priista le tocó estar sentado en el último lugar de la primera fila y junto a Eduardo Rivera.
Bien dicen que el cuerpo no miente.
Mientras Mier buscaba a toda costa hacerle plática al alcalde de Puebla, este último no le contestó ni con una sonrisa de cortesía después de los meses de ataques sistemáticos que ha sufrido en el periódico del diputado federal morenista.
Mier Velazco se levantó este jueves soñando que sus “armas se cubrirían de gloria” tras sacrificarse en el fracaso de la Ley Bartlett, pero Andrés Manuel no tuvo ni una sola palabra de elogio para su coordinador legislativo a pesar de estar en sus tierras.
El jefe político en Puebla se llama Miguel y se apellida Barbosa.
AMLO lo reconoce así y lo hizo saber.
Qué pequeño se veía Nachito Mier entre tanto asistente.
¿Y la señal?
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