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Ecos de la Operación Cicatriz en Morena (Alejandro Armenta sacó el extintor)

En un hecho inédito, Armenta, sin intermediarios de por medio, les dio la cara a todos los “heridos” que reclaman la “operación cicatriz” en los adentros de Morena
columna historias de un joven reportero Gerardo Ruiz 1

La «operación cicatriz» es uno de los términos más horrorosos que existe en política.

Esta expresión es una de las favoritas de los aspirantes fallidos a cierto cargo de elección popular, de los medios de comunicación y de nosotros los periodistas y articulistas de la fuente política.

Fulana o fulano de tal inició la operación cicatriz”.

La operación cicatriz se dio en una encerrona con la militancia”.

La operación cicatriz fracasó y ahora tal o cual será candidato por otro partido”.

Está práctica para conciliar a los perdedores y evitar que sus quince minutos de pataleo se exceda un segundo de más no es más que chantajismo puro por parte de aquellos y aquellos que se sienten heridos.

La operación cicatriz sana heridas.

Heridas de los quemados, aplastados y muertos vivientes que aún buscan tener una parte del botín electoral.

Sin la dichosa “operación cicatriz”, los y las heridas no serían candidatas en un distrito federal cuyas calles jamás habían pisado o no tendrían “medicinas” para sus hermanos, hijos o parejas, quienes ahora también aparecerán en las boletas del primer domingo de junio próximo.

La realidad es que la “Operación Cicatriz” es más una “Operación Hemorragia”, pues el político o política que tiene que encabezar esta reconciliación siempre parte en desventaja a la espera de que no lo desangren en las mesas de negociaciones con “chantajistas” que no hacen más que degradar aún más a la clase política.

Tras un proceso interno larguísimo, desgastante como pocos y altamente contaminado por las campañas negras, Alejandro Armenta se hizo de la candidatura al gobierno del estado sin la ayuda de las “vacas sagradas” de Morena en Puebla, más que la del gobernador Sergio Salomón Céspedes.

En otras palabras, Armenta Mier no le debe “nada a nadie”.

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En el camino muchos se han ido sumando al exlegislador, pero estas adhesiones valen menos que un cero a la izquierda, ya que llegaron a destiempo y no son más que actos simulados de unidad.

Tan solo hay que recordar que el Consejo Político Estatal de Morena excluyó a Alejandro de la terna de candidatos que serían propuestos ante el CEN para representar las siglas y colores del Movimiento Regeneración Nacional en los comicios del 2 de junio.

Si existe algún compromiso que cumplir –tal vez sea el único– en la aldea es con Céspedes Peregrina, quien ayudó con su gran peso político y su injerencia en la cúpula nacional de la 4T para que el fiel de la balanza se inclinara hacia el lado del exsenador de la República.

A nivel nacional, el hoy abanderado de Morena tiene más que claras las personas que le ayudaron a afianzar su postulación como candidato en Puebla, entre las que se encuentran los Scherer (Julio y Hugo), Jesús Ramírez Cuevas y Liz Vilchis, entre otros.

La lista de candidatos y candidatas de Morena, PT, Verde Ecologista, Fuerza por México y Nueva Alianza que pelearán por los 26 distritos locales de Puebla es una muestra clara que Armenta Mier, repito, no le debe nada a nadie.

Por supuesto que el abanderado de la coalición Sigamos Haciendo Historia abrió el abanico a todas las corrientes y liderazgos de la 4T y sus partidos aliados, también cumplió con los chantajes, disfrazados de acuerdos, con los aspirantes fallidos al gobierno del estado y a la alcaldía de Puebla y de los principales municipios de la entidad.

Ecos de la Operación Cicatriz en Morena (Alejandro Armenta sacó el extintor)

Sin perder el control de lo que podría ser el pleno de la próximo legislatura del Congreso local, Alejandro Armenta cedió espacios y colocó también a sus cercanos en distritos estratégicos, pero la militancia “dura” y los fundadores del partido lopezobradorista otra vez se sintieron desplazados e iniciaron una rebelión interna.

En un hecho inédito, Armenta, sin intermediarios de por medio, les dio la cara a todos los “heridos” que reclaman la “operación cicatriz” en los adentros de Morena.

Una frase del abanderado cuatroteista apagó el fuego que los “duros” de Morena pretendían convertir en incendio.

No siempre es cuando uno quiere. Inténtelo una y otra vez”, fueron las palabras de Armenta que más bien son una traducción del famoso verbo “terquear” que tanto ocupa y le agrada al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y vaya que si alguien sabe que “no siempre es cuando uno quiere” es –precisamente– Alejandro Armenta, quien intentó ser candidato al gobierno del estado en el 2018, en el 2019 y hasta ahora lo logró.

El extintor de Armenta sirvió para apagar el pequeño incendio que dejarán las candidaturas por las 26 diputaciones locales entre los “puros y duros” morenistas.

El candidato de Morena, insisto, tiene pocos compromisos que cumplir y no tiene deudas que le quiten el sueño.

El fuego está controlado por ahora, pero ¿será suficiente?

Por ahora lo es.

Ya lo analizaremos durante la campaña que inicia en 24 días.

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