Lalo Rivera: experto en competir en la adversidad
Si algo hay que reconocerle a Eduardo Rivera en su ya longeva carrera política es su historial ganador en elecciones en las que ha competido en desventaja y siempre como oposición al poder en turno.
El escenario de iniciar en desventaja al inicio de las campañas electorales –como lo será en el 2024 en donde partirá debajo de su rival morenista, Alejandro Armenta– para el panista no es para nada desconocido ni incómodo, pues el aún alcalde de la ciudad de Puebla ya ha estado en esta misma posición en anteriores procesos y solo en uno, de los tres en los que ha participado, fue derrotado por su oponente.
Y es que, Lalo Rivera se ha curtido como un especialista en remontar desventajas.
También, estar en escenarios incómodos o de represión, como lo fue en la infame era morenovallista, tampoco son desconocidos para el edil panista.
En las elecciones del 2011 por la presidencia municipal de la capital, Rivera Pérez remontó una desventaja de 15 puntos sobre el priista Mario Montero para así llegar por primera vez al Charlie Hall.
Si bien los comicios de ese año en los que el PAN logró de la mano de Rafael Moreno Valle la tan anhelada alternancia al arrebatarle al Revolucionario Institucional por primera vez el gobierno del estado contó con características bastante específicas que jugaron a favor del partido azul y en contra del tricolor y del marinisimo, nadie puede escatimar que Eduardo Rivera partió con una desventaja clara y fue un candidato que supo aprovechar la euforia morenovallista.
Siete años más tarde, el edil capitalino de nueva cuenta abanderó en el 2018 a Acción Nacional y a sus partidos aliados en la Angelópolis para plantarle cara a la ola imparable de Andrés Manuel López Obrador que llevó a Morena a arrasar con todos los cargos de elección popular, incluido el gobierno municipal de Puebla que recayó en la figura de Claudia Rivera.
En esos comicios en los que la figura de AMLO borró del mapa al PAN y al PRI, Lalo Rivera obtuvo la nada despreciable cantidad de casi 200 mil votos, los cuales ayudaron a que Martha Erika Alonso pudiera maquillar aún mejor el fraude electoral que se hizo en dicho proceso en contra del fallecido Miguel Barbosa y del Movimiento Regeneración Nacional.
Aunque al inicio de dichas elecciones se sabía a la perfección que era casi imposible ganar en la capital, nadie esperaba que Rivera Pérez pudiera sumar dicha cantidad de sufragios a favor del PAN a pesar del Tsunami lopezobradorista.
Para las elecciones intermedias del 2021, el panista otra vez partió con una desventaja de dos dígitos frente a Claudia Rivera, la cual no solo remontó, sino que, también aumentó por más de 19 puntos.
De nueva cuenta, Lalo Rivera luchó como oposición en contra del aparato de la Comuna capitalina y arrasó en su tercera elección por el Ayuntamiento de la Angelópolis al aumentar su votación en 45% en comparación con el 2018.
De hecho, Rivera Pérez superó la votación del 2011, que en su momento fue la cantidad de sufragios en la historia de un candidato a presidente municipal, pues en ese año logró el apoyo en urnas de 308 mil 697 capitalinos, mientras que en el 2021 obtuvo 318 mil 424, cerca de 10 mil sufragios más.
Como se puede ver, competir en la adversidad y en desventaja no es para nada algo que le incomode al panista que abanderará al Frente Amplio por Puebla en los comicios sucesorios del primer domingo de junio del 2024.
De acuerdo con las primeras encuestas que ya miden a los candidatos que representarán a Morena y al PAN, Alejandro Armenta hoy tiene una ventaja de entre ocho y 10 puntos sobre Eduardo Rivera, la cual podría aumentar a 12 o 15 puntos al inicio del próximo año, justo en el arranque de las precampañas.
Esta ventaja para nada es definitiva ni puede considerarse como irremontable en el búnker de Armenta Mier, quien está más que consciente que la elección del próximo año será bastante peleada y cerrada, pues Rivera Pérez aún no ha hecho ningún acto, discurso o estrategia publicitaria de campaña a diferencia del senador morenista que lleva un año y medio promocionándose de diferentes formas y durante la larguísima interna del partido lopezobradorista, que concluyó hace apenas un mes.
Lalo Rivera sabe de sobra que si logra colocar un buen discurso de contraste y una buena campaña en contra de Morena, AMLO y la 4T puede captar todo el voto de castigo en contra del presidente de la República y su partido, además de apoderarse del famoso voto switcher, el cual, será determinante en la elecciones por el gobierno de Puebla del próximo año.
Esta es justo la clave por la que Eduardo Rivera, contra todo pronóstico, aceptó la candidatura del FAM, pues a pesar del arrastre de López Obrador y de partir en desventaja contra Alejandro Armenta sabe que puede remontar y ganar los comicios del 2 de junio del 2024.
Sin lugar a dudas, la próxima elección será un “tirazo” entre dos grandes candidatos que son bastante similares y que tienen un historial ganador en los procesos electorales en los que han participado.
Así como la disciplina, lo estructurado y lo metódico son cualidades de Alejandro Armenta; remontar desventajas, pelear en la adversidad y la resiliencia son aptitudes de Lalo Rivera.
Como lo he mencionado en otras entregas, la elección del 2024 en Puebla para nada será cómoda para Morena ni está definida para Alejandro Armenta.
Si algo sabe Eduardo Rivera es competir en la adversidad.
El panista está frente al reto de su vida.