El caso Marín, un tanque de oxígeno para la Reforma Judicial de AMLO
Justo en el momento en que los foros participativos para las reformas constitucionales para cambiar todo el sistema judicial del país se encontraban estancados y con más argumentos en contra que a favor, el lopezobradorismo encontró un verdadero oasis en el desierto con la liberación del exgobernador Mario Marín para continuar su proceso en contra de la periodista Lydia Cacho en libertad.
Y es que, los diputados federales, senadores, ministros de la Corte y expertos en la materia afines a la 4T, entre los que destaca el muy ineficiente Ignacio Mier, otrora coordinador parlamentario de Morena en la Cámara baja, no fueron capaces de conducir los encuentros y diálogos por todo el territorio nacional que tenían el único objetivo de conseguir adeptos y el respaldo ciudadano que le había faltado al gran estandarte de Andrés Manuel López Obrador, que es la Reforma Judicial.
Las mesas de trabajo no solo no fueron bien vistas por la gran mayoría de los abogados del país, de los jueces y ministros del Poder Judicial y de su planta laboral, sino que, también la oposición le ganó la batalla mediática al lopezobradorismo al estigmatizar las reformas impulsadas desde Palacio Nacional y exhibirla como un capricho más del presidente de la República y una venganza personal en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y su presidenta Norma Piña, quienes bloquearon algunas de las iniciativas más importantes del tabasqueño como la fallida Reforma Electoral.
No solo eso, la falta de oficio y la enanez política de Nacho Mier llevó a la reforma judicial a casi colisionar luego de que el imprudente legislador, al día siguiente del triunfo de Claudia Sheinbaum del 2 de junio, cometió la estupidez de asegurar públicamente que los cambios constitucionales para modificar de fondo al PJ irían sí o sí antes del final del actual sexenio.
La bocaza de Mier no solo provocó un desplome del peso, también una severa crisis –tal vez la primera y única– por la que ha atravesado la presidenta electa, quien prometió apertura, dialogo y consensos durante la discusión de esta controversial reforma, palabras que fueron tomadas como una simple pantomima ante el lapsus brutus de Nachito.
La Reforma Judicial naufragaba por mar abierto hasta este fin de semana.
La excarcelación, bastante opaca y bastante polémica, de Marín Torres ejecutada el sábado a mediodía no solo dotó de armas a Morena y sus aliados para revivir la llama que se extinguía para cambiar todo en el Poder Judicial, también puso otra vez a López Obrador en la primera línea de batalla para convencer a todos los mexicanos de que es necesario e inaplazable una revolución al sistema de administración e impartición de justicia.
Claudia Sheinbaum, con todo el peso que ya tienen sus palabras y posturas, también se sumó al llamado para que la reforma judicial se discuta ya en el Congreso de la Unión y se apruebe antes del inicio de su gobierno.
¿Con este antecedente quién o quiénes se pueden negar a que algo está podrido y apesta en el Poder Judicial?
“Protegían al señor Marín, porque les ayudó en el fraude electoral de 2006. Primero lo acusan, viene una denuncia de la periodista Lydia Cacho y va el candidato del PAN, Felipe Calderón, a Puebla a decir: ‘si gano voy a meter a la cárcel a Marín’.
De repente viene la elección y, como les ayuda en el fraude electoral, o sea lo someten, lo exoneran, y Calderón no vuelve a decir nada”.
Las palabras de López Obrador calaron muy hondo en el seno de la SCJN, que pensaba que ya tenía la batalla ganada.
El remate del presidente sobre el tema fue aún más contundente.
“Por eso no quieren que se reforme el Poder Judicial, pero esa es una cuestión, vamos a decir, rutinaria. Ya hemos aquí demostrado cómo aplican los sabadazos, y este es otro sabadazo”.
Quién iba a decir que Mario Marín iba a seguir siendo noticia casi 20 años después y que su figura política seguiría vigente para que el lopezobradorismo consiguiera uno de sus tan anhelados trofeos.
La liberación del ‘góber precioso’ es un auténtico tanque de oxígeno para la Reforma Judicial de AMLO.
Craso favor el que le hicieron desde el Poder Judicial a la 4T.
Y sí, –hoy más que nunca– Marín es “el héroe de la película, papá”.
Al menos para la 4T.