Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Escuchar el relato de Magda Karina N., la víctima de acoso sexual por parte del depravado Andrés García Viveros, sobre el infierno que vivió a su paso por el Ayuntamiento de Puebla no es más que la prueba de que la gestión de Claudia Rivera no solo será recordada como la peor en la historia de la capital, también será la más ignominiosa e infame.
Más allá de que Rivera Vivanco y su círculo de marginales demostraron desde los primeros días de su gobierno municipal que no tenía ni idea de dónde estaban parados, lo grave sucedió en las entrañas del Palacio municipal de la Angelópolis.
Los demonios se desataban cuando el histórico inmueble del primer cuadro de la Ciudad cerraba sus puertas al público.
Ver: El dinero de Javier Duarte financió en 2018 la campaña de Claudia Rivera
La infamia se apoderó del Charlie Hall y de todas las oficinas de la sede oficial de la Comuna poblana.
Si la cabeza fue un desastre, el resto de los claudios, era lógico, aprovecharían para cometer las peores atrocidades.
Y así lo hicieron.
El caso de Magda Karina es solo la punta del icerberg de la miseria del gobierno de Rivera Vivanco.
De la indignación ya pasamos al coraje, pues la repudiada Claudia, es el día que sigue sin ponerse del lado de la víctima. La candidata espuria de Morena sigue sin condenar las perversiones de su “hermanito”, es más, no puede ni mencionar el nombre del asqueroso de Andrés García Viveros.
¿Qué le debe Claudia Rivera a este nefasto personaje para que la edil con licencia siga protegiéndolo?
¿Qué le sabe el acosador vinculado ya a proceso a su jefa, quien miente de manera descarada al asegurar que no conocía el caso, pero que en realidad fue ella quien le solicitó la renuncia a Karina N. tras ventilar el hostigamiento que sufrió y pensar que su agresor sería castigado?
¿A qué grado llegan las complicidades entre ambos para que Rivera Vivanco hubiera preferido machar aún más su ya decadente imagen antes que condenar de manera tajante las perversiones de Andrés?
Algo que no puede pasar por desapercibido y que merece investigarse a fondo es la confesión de Magda Karina, quien aseguró que ella no fue la única acosada por García Viveros y que la repudiada Claudia Rivera estaba al tanto de estos casos, que también encubrió y que no han sido públicos hasta hoy.
Quien esto escribe al menos conoce tres casos más de acoso que sufrieron trabajadores de segundo nivel en el Ayuntamiento de Puebla durante la caótica gestión claudista.
Ver: Alejandro Armenta le da la primera cuchillada por la espalda a Claudia Rivera
En la Secretaría de Gobernación Municipal una subordinada de René Sánchez Galindo fue víctima del ahora candidato a diputado federal de Morena, por el Distrito 12, de Puebla capital.
Al decir de una fuente anónima, el ex titular de la Segom mantenía una relación extramarital con una de sus trabajadoras originaria de Huejotzingo, pero las cosas terminaron mal entre ellos y el ahora aspirante a legislador comenzó con las amenazas y acosos contra su expareja no oficial.
Otro capítulo más de la infamia claudista se presentó en la Secretaría de Administración municipal, en la era del marinista Leobardo Rodríguez, quien también acoso sexualmente a su secretaria particular, según con diferentes versiones en redes sociales.
El liliputiense Leobardo es otro de los infames seguidores de Claudia Rivera que se dan golpes de pecho y se hace el puritano, pero que en el fondo no es más que otro intransitable con las mismas mañas que Andrés García Viveros y su ex patrón Mario Marín, de quien fue un buen aprendiz.
Como ya lo había abordado en este mismo espacio en una entrega anterior, otro caso de acoso sexual del que Rivera Vivanco estuvo al tanto y también pidió esconder fue el de su síndico municipal, Gonzalo Castillo, quien agredió a una trabajadora de nombre Ana F.
No solo la ineptitud y la inoperancia, también la infamia se apoderó del Ayuntamiento de Puebla.
La repudiada Claudia Rivera y sus acosadores son los clásicos que comen donde van al baño.
El poder los volvió locos.
El sexo y el dinero los rebajó como vulgares e inmorales.
Ver: Votar por Claudia Rivera es votar por tres años más de miseria para Puebla
Puebla se merece más que esto.
No permitamos que un puñado de infames vuelvan a pisotear así la historia de nuestra ciudad.
La solución es fácil.
La cita es el 6 de junio.