El coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier Velazco inició una guerra frontal contra el gobernador, Miguel Barbosa Huerta al denunciarlo ante la Fiscalía General de la República (FGR) bajo el argumento de que filtraron la investigación por lavado de dinero que le abrió la UIF.
Desde que el escándalo se desató, el ex priista ha exhibido que no cuenta con una estrategia de contención. Su último movimiento lo confirma.
Ignacio Mier se fue por la fácil: victimizarse por la filtración de una investigación que abrió la Unidad de Inteligencia Financiera, en lugar de presentar las pruebas que descarten que sus empresas incurrieron en lavado de dinero.
El 27 de mayo, la UIF, por presión del propio legislador de Morena, emitió un extrañamiento en contra de la Fiscalía de Puebla por no cuidar la secrecía del caso.
Pero lejos de ser un golpe para la autoridad ministerial de Puebla, confirmó la existencia de la carpeta de investigación.
En el video que publicó en redes sociales, asegura que al exhibir sus irregularidades se ha golpeteado sistemáticamente a Morena.
Ignacio Mier es el militante menos identificado con la ideología del partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, así que el partido no sale dañado son los señalamientos en su contra.
Gracias a Manuel Bartlett Díaz, quien lo metió al partido, Nacho Mier ha usado a Morena como agencia de colocación para su familia. Su hija Daniela es diputada local plurinominal y su hijo Ignacio es alcalde de Tecamachalco.
El nepotismo al más puro estilo del viejo PRI.
El gobernador, Miguel Barbosa lo dejó muy claro: “Nacho Mier no es Morena, es del PRI y es segundón de Enrique Doger”.
El diputado federal se metió en un callejón sin salida. Los funcionarios a los que denunció penalmente presentarán la información para descartar que incurrieron en algún delito.
Sin embargo, él tendrá una tarea más difícil que es desmentir el alud de corrupción e irregularidades en el que ha incurrido en nombre de la 4T.
Las irregularidades son múltiples y llegan a Tecamachalco, el municipio gobernado por su hijo, en donde sigue abierta una investigación por la ejecución de tres ministeriales a manos de la policía municipal, la cual no solo alcanza a su vástago, sino a él mismo.
Una vez más, Ignacio Mier cometió un error de cálculo para defenderse.