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El ridículo G5 del Congreso: se quitan las máscaras los diputados traidores de Morena

columna historias de un joven reportero Gerardo Ruiz 1

Sucedió previo a la sesión solemne en la que rindieron protesta los 41 diputados de la LXI Legislatura del Congreso del estado.

Desde hace meses, tras conocer los resultados del 6 de junio, se venía especulando sobre quiénes serían los legisladores que conformarían la oposición del gobernador Miguel Barbosa en el pleno del Legislativo local desde el interior de la bancada de Morena.

Hoy ya conocemos sus nombres.

Ver: El bipolar Armenta revienta contra AMLO por el aumento de recursos para Puebla

Previo a los comicios intermedios se integró un grupo de liliputienses y marginales que soñaron con arrebatarle el control de Puebla a Barbosa Huerta desde el Congreso del estado y también desde las principales alcaldías de la entidad como la capital y la zona metropolitana.

En la mesa de negociación del Movimiento Regeneración Nacional para definir a los candidatos del partido, Édgar Garmendia, Carlos Evangelista, Alejandro Armenta y Claudia Rivera Vivanco se aliaron para conspirar contra el mandatario poblano y excluirlo de gran parte de las nominaciones por las presidencias municipales y diputaciones federales.

Barbosa logró amarrar la mayoría de candidaturas en los 26 distritos locales a pesar de los intentos vanos de sus conspiradores.

La noche del 6 de junio puso a cada quien en su lugar y el gobernador de Puebla se despertó a la mañana siguiente como uno de los grandes ganadores de las elecciones, mientras que los insidiosos, que fracasaron en su intento de arrebatarle el poder, quedaron desnudos ante sus carencias e ineptitudes.

A pesar de todo esto, algunos obnubilados no aprendieron la lección que les dejó las urnas.

Luego de que el Tribunal Electoral Federal le regresó la curul plurinominal que se agandalló como buen arribista, Carlos Evangelista intentó un nuevo complot contra Miguel Barbosa para seguir faltándole al respeto a su investidura como gobernador del estado.

Y es que, Evangelista Aniceto en complicidad con Édgar Garmendia trató, sin ningún éxito, un golpe en contra de Sergio Salomón Céspedes para deponerlo de la coordinación parlamentaria de Morena y con ello de la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso.

Para nadie es un secreto que Céspedes Peregrina es, hoy por hoy, uno de los hombres más cercanos de Miguel Barbosa.

Ver: El Ayuntamiento de los pretextos

El nuevo esbozo de Evangelista de minar la figura del gobernador terminó en un tremendo ridículo, pero sirvió para desnudar al que será el G5 antibarbosista al interior de la bancada de Morena.

Como lo narré al inicio de esta entrega, todo sucedió previo al arribo de Barbosa al Congreso del estado el pasado miércoles para presenciar la protesta de los 41 diputados con los que cerrará su gobierno en el 2024.

En la previa de la fracción morenista, Carlos Evangelista, bajo el argumento de la nueva configuración del grupo parlamentario tras el fallo de la Sala Regional de la Ciudad de México del TEPJF, exigió que se realizara una nueva votación para elegir al coordinador legislativo a pesar de que Sergio Salomón ya tenía dicho nombramiento y como tonto útil puso a Garmendia de los Santos.

(A diferencia de otros partidos como el PAN y el PRI, los grupos parlamentarios de Morena, en los congresos locales y en el Congreso de la Unión, tienen la facultad de elegir a sus coordinadores y no las dirigencias estatales o nacional).

Seguro de que el complot mongol de Carlos Evangelista no iba a prosperar, Céspedes Peregrina aceptó que se llevara a cabo la votación. El diputado de Tepeaca obtuvo 11 de 16 votos a favor por parte de Tonantzin Fernández, Karla Martínez, Guadalupe Yamak, Roberto Solis, Xel Hernández, Ruth Zárate, Yolanda Gámez, Azucena Rosas, Eduardo Castillo, Fernando Sánchez Sasia, Olga Romero y el propio.

Por Édgar Garmendia votaron Daniel Mier, Carlos Evangelista, Angélica Cervantes, Iván Herrera y el propio diputado que entró como cuota indígena a pasar de no serlo, aunque sí lo parezca.

Todavía ni rendían protesta como diputados y los cinco diputados traidores de Morena ya se quitaron las máscaras.

Si algunos aún dudaban, con la reconfiguración del pleno, que Sergio Salomón y Miguel Barbosa perderían el control del Congreso se equivocaron otra vez.

Ver: ¿Y los orígenes indígenas de Genoveva Huerta?

El presidente del Congreso le tiene asegurados 22 votos al gobernador, los necesarios para aprobar las reformas, estados financieros y presupuestos para la segunda mitad de su sexenio.

Saquen sus cuentas.

El mandatario poblano lleva tiempo trabajando su bancada multipartidista para no depender de los traidores de Morena.

El G5 no será más que un chiste mal contado en la LXI Legislatura.

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