En plena decadencia de su carrera política, Enrique Doger ya busca abandonar las filas del Partido Revolucionario Institucional para sumarse a las de Morena rumbo al proceso electoral del 2024.
Convertido en un cero a la izquierda, estigmatizado como traidor y sin ninguna posición de poder al interior del PRI, en el Congreso del estado o en algún ayuntamiento importante de la entidad, Doger Guerrero ya solo tiene como última opción para mantenerse vigente en el círculo rojo en plena senectud sumarse al proyecto político de Ignacio Mier, quien busca abanderar al Movimiento Regeneración Nacional en Puebla en los próximos comicios estatales.
Y es que, “El Sultán” Doger, como muchos otros marginales de la aldea, ha venido dando tumbos tras la muerte de los Moreno Valle, pues el exrector de la BUAP tras su papelón en las elecciones del 2018 en donde fungió como “tonto útil” de Martha Erika Alonso perdió todo el poco prestigio y reputación de la que gozaba al prestarse para el fraude electoral en contra del hoy gobernador Miguel Barbosa en dicho proceso.
Cómo olvidar que, a cambio de convertirse en el fontanero de la fallecida gobernadora, Enrique Doger fue señalado de recibir una fuerte cantidad de dinero en efectivo de manos del ignominioso Eukid Castañón y también negoció su inclusión en el gabinete de Martha Erika en la SEP estatal, nombramiento que no se pudo concretar por la repentina muerte de la panista.
Ahora, el decadente exalcalde poblano busca, a través de la caridad y la pena ajena, cobijo en las filas del partido lopezobradorista de la mano de Mier Velasco, quien hasta el momento no ha hecho públicas sus intenciones de convertirse en el candidato morenista al gobierno del estado en el 2024.
Este fin de semana, Doger Guerrero le organizó un desayuno en el Hotel M&M de las Ánimas con algunas decenas de los “líderes” que aún lo son fieles al exdiputado federal y quienes durante años lo han acompañado en su mediocre carrera política.
Algunas versiones periodísticas aseguraron que el encuentro en el recinto recordado por la trifulca entre morenistas y panistas del 2018 sirvió como destape de Nacho Mier, pero la realidad es que la estructura dogerista está tan deteriorada y es tan limitada que la reunión sirvió más para evidenciar que el presidente de la Cámara de Diputado tiene un largo camino por delante para consolidar sus aspiraciones con miras al futuro cercano.
La otra lectura que se desprende del encuentro en el M&M es que “El Sultán” Doger tiene sus días contados como afiliado del Revolucionario Institucional tras una longeva militancia en la que, con amenazas, negociaciones oscuras y chantajes, logró ser alcalde, diputado local y federal, delegado del IMSS en Puebla y candidato fallido a gobernador.
Esta no es la primera vez que Doger le organiza una reunión a Mier, pues hace algunos meses el exedil fue el anfitrión de un encuentro en el Salón Tres Marías, de Julián Ventosa, entre el coordinador morenista de San Lázaro y un grupo de empresarios locales.
En las pasadas elecciones intermedias de junio, el exrector intentó ser candidato a diputado local y hasta colarse en la lista plurinominal, pero su historial de traiciones y sus afrentas en contra del gobernador Barbosa y del hoy alcalde de la Angelópolis, Eduardo Rivera, terminaron por vetarlo de cualquier espacio.
Hoy por hoy, Doger Guerrero no tiene cabida en el tricolor, pues a nivel nacional tiene la etiqueta de impresentable tras romper con Javier Casique, quien es el liderazgo poblano más cercano al presidente del CEN Alejandro Moreno; mientras que, en lo local, su situación es la misma, ya que el binomio conformado por Néstor Camarillo y Jorge Estefan Chidiac, quienes controlan al Comité Estatal, también le cerraron las puertas.
Lo que tampoco se puede perder de vista es que Ignacio Mier sigue sumando a su proyecto político a otro malqueriente de Barbosa Huerta, pues su socio y cómplice es de los políticos que siguen en libertad y que no se han fugado que aún mantiene cuentas pendientes con el mandatario poblano tras los comicios del 2018.
Nadie olvida todas las ofensas, difamaciones y vulgaridades que Enrique Doger realizó contra Miguel Barbosa, a quien atacó por su estado de salud, sus estudios y hasta se metió con su familia, fiel a su estilo cobarde y mezquino.
El tiempo puso cada quien en su lugar y hoy Barbosa es gobernador y Doger es un impresentable en plena decadencia, en el desempleo y a quien no lo quieren ni en su partido.
¿Morena le abrirá la puerta a otro infame priista como ya lo hicieron con Alejandro Armenta?
¿Enrique Doger se tragará sus palabras y pedirá perdón por todas las diatribas hechas contra Andrés Manuel López Obrador y Miguel Barbosa para ahora embaucarse en las filas de Morena?
¿Sabrá AMLO que el socio de Nacho Mier es uno de sus principales críticos en Puebla y quien ahora busca cabida en su partido?
La decadencia de Doger ya da pena ajena.
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