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La nueva era de Morena en Puebla

columna historias de un joven reportero Gerardo Ruiz 1

La llegada de Olga Lucía Romero Garci-Crespo a la presidencia estatal de Morena en Puebla, la cual se hará oficial este sábado durante la asamblea del Consejo Político Estatal, será el primer paso para sacar al partido lopezobradorista del letargo en el que cayó desde el 2018 cuando un grupo de arribistas y advenedizos lo secuestraron y utilizaron para sus fines personales.

La secrecía con la que se operó la llegada de la hoy diputada local con licencia es de resaltarse, pues así se evitó que el grupo marginal de malquerientes del gobernador Miguel Barbosa, que encabezan Ignacio Mier, Claudia Rivera y Rodrigo Abdala, pudiera dinamitar su unción de este fin de semana.

La elección de Romero Garci-Crespo por parte de los 127 consejeros estatales identificados con Barbosa Huerta marcará la nueva era del Movimiento Regeneración Nacional en Puebla, pues este dejará de ser un instrumento político sin ningún peso y controlado por unas cuantas manos, a ser un verdadero partido en el poder, abierto a la ciudadanía y con el objetivo de mantenerse en el poder por otros seis años.

Para nadie es un secreto ni paso inadvertido el doloso y concertado impasse en el que cayó el Comité Ejecutivo Estatal de Morena para hacer un notorio vacío a todos los ataques que desde el interior del partido se planeaban en contra del gobierno de Barbosa, sus secretarios y operadores.

Jamás hubo un llamado desde la dirigencia estatal morenista, secuestrado por los impresentables Edgar Garmendia, Carlos Evangelista o Aristóteles Belmont, quienes obedecieron siempre a los intereses de Alejandro Armenta, Mier Velazco o Rivera Vivanco, para evitar las conspiraciones, injurias y afrentas en contra del gran líder de Morena en Puebla.

Jamás hubo un manotazo en la mesa.

Vaya, ni un solo exhorto.

La nula defensa y contraataques por parte de la dirigencia estatal de Morena también fueron más que notorias durante el inicio de la administración de Miguel Barbosa, cuando Genoveva Huerta, a la sazón lideresa del PAN en Puebla, hacía a diario hacia críticas infundadas y sistemáticas en contra del mandatario poblano.

El partido Morena en lo local dejó de ser funcional y únicamente sirvió como botín para repartirse las prerrogativas asignadas por el Instituto Electoral del Estado y agandallarse de manera ilegal las diputaciones y regidurías plurinominales del proceso electoral intermedio del 2021.

Los retos que tendrá por delante la nueva dirigente de Morena en Puebla, sin lugar a duda, son muchos, pero el más importante será el de poner orden al interior del partido, cuyo canibalismo y disputa entre grupúsculos a llevado a una posición bastante complicada al proyecto de retener el poder en el 2024.

En una entrega anterior de las Historias de un Joven Reportero comenté sobre la importancia de la unidad en los próximos comicios sucesorios tanto a nivel federal como a nivel local, luego de que el panismo local, por iniciativa del alcalde Eduardo Rivera, promovió la cohesión entre los grupos antagónicos de Acción Nacional para trabajar en post del proyecto de regresar al poder tras la irrupción de Morena en el 2018.

Si bien esta empresa parece muy complicada, ya que las diferencias entre el barbosismo y sus detractores son irreconciliables por la falta de tacto y disciplina de Mier, Armenta y Claudia Rivera, Morena en Puebla necesita caminar hacia la misma ruta con un abanderado o abanderada que garantice la unión y la lealtad durante las elecciones que marcarán la sucesión del barbosismo.

La unción de Olga Romero también marcará un hecho histórico, pues será la primera mujer en dirigir a Morena en Puebla, lo que da muestra del impulso y empoderamiento que el gobernador Barbosa ha dado al feminismo en el estado.

No se puede perder de vista que la llegada de la legisladora es bastante calculada, ya que por cuestiones de género y para evitar la violencia política, será la encargada de ponerle cara a Augusta Díaz de Rivera, lideresa panista, en tiempos electorales.

Mujer contra mujer.

Como ya es de todos sabido, Agustín Guerrero será el secretario general del Comité Estatal, quien podría subir al cargo de presidente en caso de que Garci-Crespo decida pelear por la alcaldía de Tehuacán u otra candidatura.

La Secretaría de Género será encabezada por la exalcaldesa de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popoca. El resto de las cuatro carteras del CEE serán designadas este fin de semana para que el grupo de Mier, Abdala y los Vivanco solo tengan una posición sin mayor importancia en el Comité morenista.

Morena en Puebla entra en una nueva era con el claro de objetivo de retener el poder en el 2024.

Inicia la lucha por el poder.

Ver más de «Historias de un joven reportero»: El Efecto Colosio: focos rojos en Palacio Nacional

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