Osvaldo Macuil / @OsvaldoMacuil
En temporada electoral, los candidatos hacen hasta lo imposible con tal de ganarse la simpatía de la gente y que voten por ellos. Bailan, cantan, comen en lugares populares que nunca visitan, saludan de mano a todo el que se encuentran, y hacen maroma y media para ganar reflectores.
Gracias a las redes sociales es más fácil darnos cuentas de la sobreactuación de los aspirantes a un cargo de elección popular. Algunas veces dan risa, hay que reconocerlo, pero en la mayoría de los casos solo generan pena ajena.
Cada proceso electoral es lo mismo. El candidato que le cambia la canción al éxito del momento para ponerle su nombre, el que baila en todos lados, o el que come memelas como si fuera algún platillo exótico.
Hagamos un breve recuento de lo que nuestros candidatos hacen creyendo que son divertidos.
Jesús Morales, el candidato del PRIAN a diputado federal por Tepeaca, le pidió el voto a un perro. En un video habló con “Pimpón” y dijo que era el votante que lo llevaría al triunfo… sin palabras.
Otra a la que le dio por sumar a los canes a su campaña fue Ana Teresa Aranda, quien puso a firmar a un perro sus compromisos de campaña.
En todos los partidos tenemos estos casos. En Morena quien se lleva el premio es Nay Salvatori, la mil usos que prepara tacos árabes, se disfraza de cholulteca, baila pasito duranguense y hasta lleva serenatas.
También tenemos a Claudia Rivera que esta semana se echó unos pasos prehispánicos en uno de sus recorridos.
El morenista Alejandro Carvajal recibió una limpia para que no reciba la mala vibra de la mafia del poder.
Luis Alberto Cortés, quien busca ser diputado local del distrito 12 por Movimiento Ciudadano, se disfrazó de superhéroe para pedir el voto.
El último de estos casos fue el del panista Oswaldo Jiménez López, a quien se le ocurrió robarse la porra del América y salir a brincar por las calles.
Como en sus equipos de campaña nadie se atreve a decírselos, aquí se los hacemos saber: solamente hacen el RÍDICULO.
Esto no les genera votos. Al contrario, hacen saber que minimizan la inteligencia de los electores, pues solo les ofrecen circo y no una propuesta real de trabajo.
A este proceso le queda una semana, afortunadamente. Esperamos que en elecciones futuras se consigan una mejor estrategia de campaña y eleven el nivel que tanta falta hace para incentivar la participación ciudadana.