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Al descubierto los escondites de Aguilar Chedraui

Desterrado de Puebla desde que el barbosismo irrumpió en el poder, Jorge Aguilar Chedraui ha vivido a salta de mata para evitar que la justicia lo alcance por las diversas irregularidades cometidas a su paso por la Secretaría de Salud estatal y…
columna historias de un joven reportero Gerardo Ruiz 1

Desterrado de Puebla desde que el barbosismo irrumpió en el poder, Jorge Aguilar Chedraui ha vivido a salta de mata para evitar que la justicia lo alcance por las diversas irregularidades cometidas a su paso por la Secretaría de Salud estatal y en el Congreso del estado.

Quebranto de las arcas públicas, corrupción, abuso de autoridad e influyentismo, son solo parte del largo historial de delitos que engalanan a la viuda morenovallista.

Las cuentas pendientes que el xalapeño tiene con el estado son muchas, pues entre todos los integrantes del que fuera el círculo compacto del siniestro Rafael Moreno Valle, sin lugar a dudas, Aguilar Chedraui fue el pillo que se despachó con la cucharada más grande al desviar cientos de millones de pesos de la SSA y robarse hasta los bonos de los trabajadores del Legislativo local, que fue denunciado en su momento por el exdiputado Gabriel Biestro.

Aguilar Chedraui ha fracasado de fea forma en su regreso a la política tras la muerte de sus anteriores dueños, Rafael y Martha Erika Alonso.

(En su momento, el periodista Ricardo Morales reveló que Alonso Hidaldo quería que Jorge fuera el líder estatal del PAN antes que cambiar de parecer para imponer a Genoveva Huerta en esa posición).

En el 2019, Jorgito fue el promotor de Guillermo Velázquez como aspirante a la candidatura del PAN al gobierno del estado en las elecciones intermedias de ese año.

Tras su fiasco con el exedil de Atlixco, Jorgito buscó dos años después llegar al Congreso local al amarrar una de las primeras posiciones plurinominales del albiazul sin ningún éxito, pues su oscuro pasado como servidor público lo colocaron en la mira de Casa Aguayo y de la Fiscalía General del Estado.

El indecente JACH tenía todo listo para regresar al Legislativo local para sumarse al bloque antibarbosista, que nunca fue, pero los mensajes llegaron a tiempo para impedir que el exsecretario de Salud tuviera la oportunidad de poseer un curul en el Pleno del Congreso poblano.

El pequeño Jorge sumó una derrota más a su cada vez más mediocre carrera política en la que solo puede presumir una victoria como candidato a diputado local en el 2013 tras ser superado por Tony Gali en la carrera por la designación como la carta marcada del morenovallismo para los comicios de ese año en Puebla capital.

Pese a ufanarse como un gran estratega electoral, Aguilar Chedraui tiene un perfil perdedor nato que se justifica con su soberbia, pedantería y sus limitaciones naturales que busca suplir con el dinero sucio acumulado en sus diferentes cargos en la administración pública.

Hoy, Jorge Aguilar Chedraui, fiel a su estilo cobarde, busca una nueva revancha sin dar la cara para buscar regresar a la escena pública en el 2024 una vez que el gobernador Miguel Barbosa haya concluido con su gestión.

Desde cuatro diferentes residencias para evitar ser rastreado, JACH ha estado inyectando de recursos de procedencia ilícita a la campaña de Genoveva Huerta, quien incluyó, a cambio del financiamiento con el dinero que el exlegislador desvió, a su alfil Clemente Gómez como su dupla en la interna panista que este domingo tendrá su jornada electoral.

Fuentes de extrema confianza describieron a este reportero que Jorgito tiene cuatro escondites desde los que opera la guerra sucia en contra de Eduardo Rivera, Augusta Díaz y Marcos Castro, además de mandar puntualmente las maletas llenas de dinero al búnker de Huerta Villegas para la compra de votos del domingo y para la puesta en marcha del fraude con el que “La Jefa Geno” busca reelegirse en el Comité Estatal del PAN.

Una de las madrigueras de Aguilar Chedraui se ubica en Polanco, en la Ciudad de México, en donde el extitular de la SSA ha citado a diferentes líderes y militantes de Acción Nacional para comprar su apoyo a favor de Genoveva Huerta.

El segundo escondite de Jorgito es un departamento de lujo en Punta Diamante, en Acapulco. En este apartamento en la bahía de Guerrero, JACH ha pasado la mayoría de su tiempo, pues el impresentable morenovallista adquirió con “black money” un yate, valuado en varios millones de dólares.

Otra de las mazmorras en las que el pillo, quien ahora financia a los mapaches genovistas, se encuentra en Cuernavaca, Morelos, en donde se le ha visto con bastante frecuencia conspirando en contra de Rivera Pérez y de sus incondicionales que están a punto de recuperar el partido que fue secuestrado desde el 2010 por los morenovallistas.

La garganta profunda detalló a quien esto escribe que la última guarida de Jorge Aguilar Chedraui está en la ciudad de Oaxaca, en donde el exlegislador no solo ha buscado corromper la interna del PAN en Puebla, también se ha reunido con Luis Banck, para darle continuidad a los negocios turbios con los que aún cuentan en la entidad poblana.

¿Con qué calidad moral Jorgito critica a Eduardo Rivera por ejercer sus derechos partidistas cuando él como funcionario público fue señalado por desviar 400 millones de pesos de la Secretaria de Salud, con la complicidad de los hampones Alfonso Eduardo Letayf Acar y Eduardo Torres Chedraui?

¿En serio Aguilar Chedraui piensa que desde sus escondites podrá evitar con todo su dinero robado la inminente derrota de Genoveva Huerta?

¿A qué le teme JACH para operar contra Lalo Rivera desde otros estados y no desde Puebla?

Aguilar Chedraui es un pillo que no traga fuego.

No podía ser de otra manera.

Leer: ¿Morena ya tiene tercer corredor para el 2024?

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