Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
La revelación hecha por el gobernador Miguel Barbosa al adelantar la inminente aprehensión de Xabier Albizuri, exsecretario de Infraestructura, cimbró al exgobernador Antonio Gali y a su grupo político, cada vez más reducido y mermado tras abandonar Casa Puebla en la ya lejano 2018.
Las palabras vertidas por Barbosa Huerta sobre la denuncia penal presentada por su administración en contra del ahijado consentido de Gali Fayad por los delitos de corrupción y malversación de recursos públicos durante se gestión en la SI, sin duda, son solo el inicio de una caída que se viene anunciando desde hace años.
El gobierno barbosita comenzó con el eslabón más endeble de la cadena galista para llegar hasta el origen de esta maquinaria con la que saqueo al estado de una manera nunca antes vista.
Ver: Conciliación y cooperación, la ruta de la segunda mitad del sexenio de Barbosa
Desde su aparición en la administración pública de la mano de Jorge Estefan Chidiac, en la delegación federal del SAT en Puebla, el origen de la repentina riqueza de Tony Gali siempre despertó desconfianza y suspicacias en el círculo rojo.
Antes de su nombramiento como secretario de Infraestructura en el ignominioso gobierno de Moreno Valle, el patrimonio de José Antonio Gali ya era insultante para la mayoría de los poblanos, pues las propiedades del que a la postre sería el sucesor del difunto Rafael ya incluía una lujosa casa en Estrellas del Sur, una de las mansiones más caras en La Vista Country Club, valuada con más de 70 millones de pesos, y departamentos en el Centro Histórico de Puebla, Acapulco y Miami.
Ya como gobernador del estado, la riqueza de Tony Gali siguió en aumento a tal grado de comprar una casona en el Barrio del Born, en Barcelona, España; dos casonas en el Barrio de los Sapos y La Paz, en Puebla capital; varias hectáreas en la zona de San Bernardino Tlaxcalancingo, en San Andrés Cholula; una plaza comercial frente a La Vista, en la zona de Angelópolis; y torres empresariales en Lomas de Angelópolis.
La muerte de los Moreno Valle a 10 días de arrancar el gobierno espurio de Martha Erika Alonso, dejó desprotegido a Gali Fayad y a todo su grupo político que ejercieron el poder apenas 20 meses, pero que fue tiempo suficiente para abultar aún más sus ya escandalosos patrimonios.
Y es que, Tony Gali continuó y mejoró uno de los modelos morenovallistas para el saqueo de las arcas estatales: la compra de facturas falsas.
El pasado 14 de junio, la Auditoría Superior del Estado estalló el escándalo de las factureras de Gali Fayad, del que el gobernador Barbosa ya había venido dando detalles desde el inicio de su administración, al presentar una denuncia penal en contra del exmandatario por el desvío de más de 102 millones de pesos cuando estuvo al frente del Ayuntamiento de Puebla.
Ver: Karina Romero Alcalá a la secretaría general del Ayuntamiento de Lalo Rivera
En la querella, el órgano dependiente del Congreso del estado comprobó que 98 empresas proveedoras del gobierno municipal galista simularon operaciones por lo que el recurso interpuesto ante la FGE también fue por asociación delictuosa, fraude y demás delitos que resulten responsables.
Un año antes, la misma ASE documentó que los gobiernos de Moreno Valle y Gali, del 2015 al 2018, desviaron más de 328 millones de pesos a través de 69 empresas fantasma y cinco más que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) mantiene bajo investigación y que están boletinadas por la UIF como contribuyentes con operaciones inexistentes definitivos.
Pero, ¿quién fue el alquimista que creó el esquema fiscal y financiero para vender facturas falsas y crear las empresas fantasmas con las que Tony Gali desvió cientos de millones de pesos de la Comuna capitalina y del Ejecutivo local?
Si bien Gali contaba con un pull de factureros, quienes fueron alumnos del famoso Sergio Castro, el creador de IDN y de este modelo de defraudación fiscal, un nombre resalta entre todos ellos y su apodo “El Zar de las Facturas” lo dice todo.
Miguel Ángel Menéndez, conocido como sus amigos como “Milín”, fue durante el galismo el principal vendedor de facturas falsas con lo que el exgobernador dañó el patrimonio de Puebla.
Para cuadrar los pesos y los centavos, “Milín” Menéndez empleó una fórmula bastante probada: la construcción de torres de departamentos de lujo. La primera que levantó fue la famosa Torres Vista del Arte, frente al Parque del Arte, que sufrió severos daños en el sismo del 2017.
El facturero consentido de Gali le prestó al impresentable Javier Lozano el penthouse como pago de favores al nefasto exsenador plurinominal y actual desempleado por todos los dirty business en los que ambos fueron cómplices.
De hecho, Miguel Ángel Menéndez de la Llave fue anfitrión en su casa en La Vista de varias cenas en las que participaron el fallecido Moreno Valle y el propio Gali Fayad junto con su esposa Dinorah López y la cúpula morenovallista de ese entonces.
Solo basta recordar que, en el pasado proceso electoral, el Tío Tony le organizó varias reuniones a la repudiada Claudia Rivera, con Roberto Zataraín, el desaparecido novio de la edil, como vínculo, con estos empresarios que le vendieron facturas falsas a su gobierno para financiar su catastrófica campaña.
Ver: La decadencia de Rodolfo Ruiz
La ruta del dinero de Tony Gali dará mucho de qué hablar en los próximos meses.
La araña sigue investigando.
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