Fuerza Social por México no vale nada para opacar el triunfo contundente de Morena
El agudo periodista Zeus Munive no lo pudo decir mejor.
“Hay de socavones a socavones, el de San Andrés Cholula seguramente se arreglará, pero el del IEE, con el escándalo de FXM, ese hoyo ya no hay como taparlo”.
Sí, lo de Fuerza Social por México es un profundo agujero sin fondo.
El director de la revista 360 Grados no se equivoca, pues el escándalo de la transferencia ilegal de votos a favor del partido satélite de la 4T es un escándalo mayúsculo del tamaño no del hoyo en la Calla Atzala, de San Andrés Cholula, sino más bien, del famoso socavón de Santa María Zacatepec, en Juan C. Bonilla.
El impecable reportaje realizado por la talentosa periodista Mónica Camacho publicado a ocho columnas el pasado lunes por la Jornada de Oriente reveló que Morena, en complicidad con el Instituto Electoral del Estado, rescató a Fuerza Social por México, partido que no alcanzó la votación mínima (3 por ciento) en ninguna de las elecciones por el gobierno del estado, diputaciones locales o alcaldías, de perder el registro como partido político en Puebla al inyectarle casi 28 mil votos en la elección por la presidencia municipal de la capital.
De acuerdo con la nota, “la manipulación de cifras se detectó en Puebla capital, donde FxM obtuvo 5 mil 825 sufragios según copias del cómputo elaborado por el Consejo Municipal del IEE que proporcionaron dos fuentes distintas, pero en la sumatoria estatal aprobada por el Consejo General del instituto –disponible en su sitio web– le registraron en esa misma ciudad cinco veces más, un total de 33 mil 575.
Sin esa diferencia a su favor de 27 mil 750 boletas, el partido rosa –que fundó el líder sindical aliado de la Cuarta Transformación (4T) Pedro Haces y que dirige Maiella Gómez– hubiera quedado con el 2.1 por ciento de la votación válida, es decir, sin derecho a seguir recibiendo financiamiento público ni participando en procesos electorales locales”.
La transferencia de votos no solo es descarada, es un escándalo gigantesco que tuvo el aval y complacencia de las autoridades del Instituto Electoral de Puebla.
Este culebrón ya alcanzó instancias y medios nacionales luego de que el candidato fallido del PAN a alcalde de Puebla capital, Mario Riestra, confirmó la veracidad del reportaje al tiempo de aportar más pruebas y de anunciar una impugnación a los comicios de los que resultó ganador Pepe Chedraui, exabanderado de Morena.
Si bien es cierto que la diferencia abismal entre Chedraui y Riestra de más de 110 mil votos no da para anular las elecciones en la Angelópolis, también es una realidad que el escándalo de la transferencia de votos a FXM para que no perdiera el registro opaca un poco el bien habido triunfo de Morena no solo en la capital, también en el resto de la entidad.
Lo que resulta aún más increíble y hasta cínico es el silencio que ha guardado la presidenta del IEE, Blanca Yassahara Cruz, quien hasta el día de hoy no ha fijado una postura tras salir a la luz el caso de la transferencia de votos ni tampoco ha salido a aclarar las notorias discrepancias entre las cifras del Consejo Municipal Electoral con el Cómputo Estatal de la elección de ayuntamientos aprobado por el Consejo General del Instituto y que ya fue publicado en el Periódico Oficial del Estado el pasado 1 de julio.
En cualquier país esta anomalía ya hubiera provocado la remoción o la renuncia de la presidenta del IEE, de los consejeros estatales y del personal que tuvo bajo su encargo la captura de los datos oficiales. Y, sin embargo.
Morena, en voz de su representante electoral Alfonso Bermúdez, se deslindó de la transferencia ilegal de votos para rescatar a su parásito Fuerza por México al echarle la bolita al Instituto Electoral del Estado.
A su vez, la dirigencia estatal de FXM ha hecho mutis.
¿Quién dio entonces la orden para rescatar a la filias del partido del poderoso Pedro Haces en Puebla?
¿En qué otros municipios se hizo una captura errónea de actas y números “oficiales” por parte del IEE?
Alguien tendrá que asumir las consecuencias de este innecesario escándalo que viola y atropella la voluntad ciudadana, a través del voto, de los poblanos.
Creo que nada o muy poco vale Fuerza por México para utilizar estas triquiñuelas para rescatarlo de no perder el registro como partido político en la entidad.
Su aportación pública y política a la democracia no solo en Puebla, en todo el país, es testimonial e irrelevante.
Y como diría “El Divo de Juárez”: pero qué necesidad.