Nadie entiende el nuevo exabrupto de Genoveva Huerta, quien el pasado fin de semana reventó la tregua y el pacto de unidad al interior del PAN en Puebla del que fue testigo hace apenas unos días el líder nacional del albiazul, Marko Cortés.
En medio de la renovación del Consejo Político Estatal, Huerta Villegas inició otra vez con el juego de las vencidas en contra del grupo del alcalde Eduardo Rivera, que hoy por hoy domina en solitario a Acción Nacional en la entidad.
Aún sin entender las nuevas condiciones de la política en Puebla, la ex lideresa panista sigue en su estrategia –poco entendible– de llevarle las contras a Rivera Pérez, el único perfil que hace competitivo al panismo local, que como marca se ha rezagado de una forma bastante preocupante en comparación con su rival, el partido Movimiento Regeneración Nacional.
Genoveva pateó una vez más el pesebre.
Muy difícil creer que la diputada federal indígena, quien tiene una actividad frecuente en redes sociales y quien no pierde el tiempo en documentar cada una de sus actividades en Twitter, Facebook o Instagram, no tuvo el tiempo de grabar cómo la policía municipal de Tlaola le prohibió el paso a la Asamblea de dicho municipio en la que serían votadas las propuestas para consejeros estatales.
Sin ninguna prueba de por medio más que sus dichos y una foto a un costado de un monte, Huerta Villegas aseguró por instrucciones de Marcos Castro, a quien se refirió como “el secretario general” en un evidente acto de invisibilizar a su correligionario, se le bloqueó su participación en dicha reunión.
Tras la versión de la legisladora plurinominal llegaron las amenazas veladas en voz de su fiel esbirro, Eduardo “Rasputín” Alcántara, quien, en un acto desesperado de conservar la coordinación de la mini bancada del PAN en el Congreso local, advirtió que el municipio de Puebla se quedaría otra vez sin el cobro del DAP, que sería propuesto de nueva cuenta en la Ley de Ingresos del Ayuntamiento capitalino.
Todo encaja.
Sin embargo, el show de Genoveva Huerta quedó al descubierto.
Fue el otro aspirante al Consejo Estatal del PAN, Luis Manuel Silva Romero, quien exhibió a la diputada indígena al desmentir que fuera el edil de Tlaola Jesús Vivero Bobadilla, quien diera la orden de prohibirle el paso a la asamblea realizada en su municipio.
La entrevista concedida por Silva Romero al Universal Puebla no tiene desperdicio por lo luminoso de lo detalles:
“Comentó que “fue un error y falta de tacto político de parte de Genoveva Huerta” el que se haya ido sin despedir de la militancia, argumentando que fue sacada por autoridades municipales.
Aseguró que hay 35 testigos de que en el lugar “no hubo presencia policiaca municipal ni de ninguna otra índole, por eso me llamó la atención que se dijera que estuvo la Seguridad Pública”.
Silva Romero subrayó que el triunfo de Genoveva Huerta se reconoció a pesar de que “ella decidió abordar su camioneta e irse rápidamente”.
Recordó que la diputada federal comió en la misma mesa con el presidente municipal y otros panistas de Tlaola y resaltó que incluso, se les vio platicar de manera “muy amena y cordial”.
¿Qué ganan los genovistas al reventar el pacto de unidad y la tregua en el panismo poblano?
Nadie lo entiende aún.
Todo indica que Genoveva Huerta una vez más está en sintonía con Fernando Manzanilla, quien mantiene desde hace meses una relación sentimental con una de las mejores amigas de la legisladora, que se dice experta en comunicación política y redes sociales, e Ignacio Mier, con quien desde hace más de un año viene haciendo pactos indecibles.
A la Banda de los Conejos les urge minar a Lalo Rivera por la vía que sea.
Huerta Villegas no entendió nada de las lecciones que le dejó el 2021.
Patear el pesebre y jugar a las vencidas parece que ya es un hábito en la morenovallista.
Todos estos despropistos y bravatas tendrán su costo político en el 2024.
Eso es un hecho.
Off the record
Otro dato que no puede pasar desapercibido y que empata con la trama de Genoveva Huerta es la inscripción de Lupita Leal en el proceso de renovación del Comité Directivo Municipal del PAN en Puebla capital.
Aunque es prácticamente un hecho la reelección de Jesús Zaldívar en la dirigencia municipal de Acción Nacional en la Angelópolis, la diputada local, quien vela por los intereses de Genoveva Huerta, busca romper con la unidad que el exlegislador venía trabajando.
Nadie puede dudar que el registro de Leal Rodríguez no es más que otra afrenta en contra del grupo de Eduardo Rivera, quien tiene en la dupla Mario Riestra-Chucho Zaldívar a uno de sus más valiosos aliados.
¿Unidad panista?
Los genovistas no conocen lo que significa esa palabra.