Aunque la unción del candidato o candidata de Morena al gobierno del estado para las elecciones del 2024 se empezará a definir con mayor claridad en octubre, desde esta semana ya inició la guerra de encuestas entre los y las aspirantes del partido marrón en la entidad.
En un mismo día, tres casas encuestadoras, Parametría, BEAP y Demoscopía, hicieron públicos sus últimos sondeos levantados en la entidad para medir a los perfiles del Movimiento Regeneración Nacional que están peleando por la postulación antes referida.

Así será en lo que resta del año hasta llegar a la fecha fatal en la que la Comisión Nacional de Elecciones del CEN de Morena mostrará los resultados de las encuestas que determinarán el nombre de la persona que representará los colores y siglas del partido lopezobradorista en los comicios del próximo año.
Si bien es cierto que para llegar a esa etapa primero se tiene que concluir con el proceso interno para elegir al o la candidata presidencial morenista, la realidad es que en Puebla la disputa está al rojo vivo.
Es inobjetable que las reglas establecidas para ungir al candidato presidencial de Morena serán replicadas en los nueve estados, entre ellos Puebla, en los que se renovarán los gobiernos estatales, a las que habrá que añadir la condicional del género, esa que establece por ley que cinco de las nueve entidades en juego tendrán que ser abanderadas por mujeres, quienes no podrán ir en aquellas demarcaciones catalogadas de baja competitividad de manera particular por cada partido político.
Tomando en cuenta lo anterior es que las encuestas cobran tanta relevancia en el proceso interno de Morena.
Analizando la única encuesta local y ya con cruces entre partido y candidatos, la del BEAP, publicadas este lunes, puedo apuntar –con todo el respeto y admiración que me merece y sabe que le tengo a Don Rodolfo Rivera Pacheco– que su estudio demoscópico dista mucho de la realidad y de la actualidad política del estado.
El confiable Buró de Estadística y Análisis de Opinión Pública señala en su último sondeo que Morena es “imbatible” en Puebla, pues sea quien sea el candidato al gobierno del estado (Alejandro Armenta, Ignacio Mier, Claudia Rivera, Julio Huerta u Olivia Salomón) le ganaría dos a uno a Eduardo Rivera.
Este escenario me parece poco creíble, ya que ni Rafael Moreno Valle le ganó con tanta diferencia a Javier López Zavala o Miguel Barbosa se impuso con tal ventaja a Enrique Cárdenas.
El BEAP ya hizo una proyección similar en el 2021 cuando también le dio una ventaja de 20 puntos a Morena sobre el PRIANRD, además de pronosticar que había un empate técnico entre Claudia Rivera y Eduardo Rivera. La elección terminó a favor del panista con 21 puntos de diferencia.


Otras encuestas similares ponen a Lalo Rivera como el rival a vencer de Morena y proyectan que, al inicio de la elección del 2024, el panista iniciará con una ventaja mínima o en empate dependiendo quién sea su rival de Morena.
En cuanto a las encuestas nacionales que miden la interna de Morena en Puebla, Parametría y Demoscopía, existen diferentes apuntes que realizar.
En cuanto al sondeo de Parametría, que no se puede olvidar que esta firma le dio en el 2010 a López Zavala una ventaja de dos dígitos sobre Moreno Valle, se puede cuestionar que no estén medidos personajes como Rodrigo Abdala, Lizeth Sánchez o Norma Layón.
La firma de Francisco Abundis muestra que Nacho Mier y Alejandro Armenta están estancados en sus niveles de conocimiento a tal grado que Claudia Rivera y Julio Huerta ya están bastante cerca de ellos, pero falla al poner a Olivia Salomón con solo el 5% de conocimiento, lo que es un dato bastante sesgado y poco veraz, por lo que pierde seriedad y credibilidad.
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Por último, está el estudio realizado por Demoscopía Digital, que en mi opinión es el más cercano al escenario de la interna morenista, ya que atina al colocar a Armenta a la cabeza de la carrera por la candidatura del partido, a Nacho Mier estancado en el segundo lugar y a Olivia Salomón muy cerca de él.
Sin embargo, la encuesta de la empresa de Mario Garza falla al no medir a Julio Huera, el único candidato con un crecimiento sostenible, junto con Salomón Vivaldo.

En el nuevo ritual del poder en la era de Morena, las encuestas son fundamentales.
Los que van ganando saldrán a presumirlas y los que van perdiendo recurrirán a la infalible máxima lopezobradorista de “los otros datos”.
La guerra de las encuestas inició en Puebla.
Lalo Rivera roza el 70% de aprobación
Un dato que debería llamar la atención en el círculo rojo, entre los analistas políticos y en los inversores de campañas, es el crecimiento de la aprobación de Eduardo Rivera como alcalde de Puebla capital.
Rumbo a su segundo año y tal vez último al frente de la Comuna de la Angelópolis, Rivera Pérez está rozando niveles de aprobación histórica para un edil en la ciudad de Puebla, ya que, al decir del último ranking del rendimiento de los alcaldes del país de Campaing and Elections, siete de cada diez poblanos avalan su gestión.

Quien dude de los sondeos de la firma de Alejandro Rodríguez que recuerden que sus encuestas fueron las más certeras en el 2021 y también una de las más atinadas en sus proyecciones en los comicios del Estado de México, que concluyeron con 8 puntos de diferencia entre Delfina Gómez y Alejandro del Moral y no en dos dígitos como otras empresas pronosticaron de manera fallida.
Los índices de popularidad, aprobación e intención al voto de Lalo Rivera deben ser tomados muy en serio rumbo a la elección del 2024.
Aquí también los números cuentan.