El juicio sumario a Sheridan Balderas

“Mentally Insane”, es un término muy común en el sistema de justicia de Estados Unidos con el que muchas persona han logrado evitar la cárcel al declararse con demencia o locura para afirmar que es culpable de una acción, pero no es responsable por ella debido a una enfermedad mental.
Los tribunales especializados en salud mental son tribunales penales que ayudan a tratar a las personas acusadas de delitos y que pueden tener problemas de salud mental. En estos tribunales, los casos se gestionan con supervisión intensiva y responsabilidad individual. Los equipos de gestión de casos están compuestos por profesionales del sistema de justicia, proveedores de salud mental y otros sistemas de apoyo.
En los países vecinos del norte, Canadá y Estados Unidos, los tribunales especializados en salud mental se utilizan para reducir el contacto de las personas con problemas de salud mental graves con el sistema de justicia penal.
El caso de Sheridan Balderas, la activista y fundadora del Frente Poblano contra Deudores Alimenticios, retrata a la perfección la urgencia de legislar en México para que este término –Mentally Insane– sea incluido en el sistema de justicia para que miles de personas no capaces mentalmente puedan tener un juicio justo al presentar problemas psiquiátricos comprobables.
Tras conocerse todos los detalles de la desaparición planeada y el embarazado fingido de Mata Balderas, su problema me recordó en automático al de Alejandra Marín, la mujer que en 2009 fingió otra gestación tras años de intentar ser madre por las presiones de su marido y la familia de este lo que provocó un desequilibrio mental que la llevó a sustraer a un recién nacido en el Hospital General del Estado de México en donde trabajaba.
Alejandra Marín, al igual que Sheridan Balderas, engordó 25 kilos, fingió estar embarazada y avisó a toda su familia que el 17 de junio de ese año nacería su bebé, pero ella en realidad fue al Hospital General de México a robar a la pequeña Katia Valentina, de un día de nacida.
En 2023, Alejandra salió de prisión tras cumplir la totalidad de su condena, la cual fue apelada en varias ocasiones tras ser diagnosticada por una propia psiquiatra de la prisión con un trastorno mental transitorio que no le permitía actuar con control de sí misma.
“Marín cree que la atención mediática repercutió en su caso negativamente al hacer que ningún juez quisiera rebajar su condena, pese a que ella expresó profundo arrepentimiento y tuvo una conducta ejemplar dentro del penal (…) Dijo que hubiera deseado que los medios cubrieran su historia de una manera diferente, sin demonizar y contando la difícil situación de salud mental por la que estaba pasando”, precisa un reportaje de Telemundo que rescata fragmentos de la entrevista que la activista Saskia Niño de Rivera le realizó a Alejandra para su muy controversial podcast Penitencia, que es parte de su Fundación Reinserta.
El juicio sumario a Sheridan Balderas, quien sí tiene toda la culpa por haberse aprovechado de su posición como activista y como feminista, tanto en medios de comunicación como en redes sociales nos pone otra vez en la disyuntiva de interrogarnos sobre la importancia que tiene en nuestros días la salud mental.
Insisto, nadie puede cuestionar el pésimo actuar de la presidenta del Frente Poblano contra Deudores Alimenticios ni sus tácticas para presiones, hostigar y acosar a los padres señalados por no pagar las pensiones correspondientes, pero también debemos plantearnos la posibilidad de que Sheridan, quien está claro que no es mentalmente estable, merece ser juzgada como lo estamos haciendo.
Y es que este escándalo deja muy mal paradas otra vez a las feministas de Puebla, ya que algunas integrantes o activistas se aprovechan del boom de este movimiento para capitalizarlo ya sea de forma política, personal o económica.
La @FiscaliaPuebla mantuvo constante comunicación con familiares de Sheridan Mata Balderas desde el primer momento del reporte de no localización, se practicaron 66 actos de investigación para su ubicación. Peritajes médicos establecen que no presenta signos de embarazo ni de… pic.twitter.com/HPA70ZgrW5
— FGE Puebla (@FiscaliaPuebla) January 1, 2025
Sheridan está más que claro –como le sucedió a Alejandra Marín– que no está del todo sana de sus facultades mentales, por lo que se debe determinar primero si no tiene problemas psicológicos o psiquiátricos antes de ser juzgada por la vía penal.

También lo que es urgente es que la activista dé su propia versión y el contexto que la llevó a fingir un embarazo, reportarse como desaparecida e intentar chantajear o extorsionar a la que fue su pareja sentimental o supuesto padre de su “hijo”.
Ahora que los actuales diputados locales están tan apurados en legislar cualquier tema mediático que actúen para mejorar el sistema de justicia penal en Puebla e incluyan el término de “Mentally Insane” en el Código Penal del estado.
O al menos eso es lo que creo.
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