Historias de un joven reportero

¿Qué ‘narcopolítico’ será sacrificado por Sheinbaum?

Sobre Manuel Bartlett, exgobernador de Puebla y muy cercano a López Obrador, siempre ha rondado la sombra de ser un ‘narcopolítico’ y un vínculo de primer nivel entre el gobierno y el Crimen Organizado
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Una de las líneas más duras de la carta publicada por Donald Trump en contra del gobierno de México y que sirvió como preámbulo para abrir las negociaciones con Claudia Sheinbaum sobre temas como la seguridad en la frontera, tráfico de drogas y armas y los tratados comerciales con Estados Unidos, fueron las dedicadas a las supuestas alianzas que servidores públicos de nuestro país mantienen con líderes de los principales cárteles del Crimen Organizado.

La acusación sin sustento ni pruebas presentadas fue más bien un mensaje entre líneas que el presidente de los EE.UU. mandó a su homóloga mexicana, quien si se ha caracterizado por algo en esta hostil relación diplomática con el vecino del norte es por su correcta lectura de los tiempos, formas y caprichos del magante que despacha en el Salón Oval de la Casa Blanca.

En la entrega anterior de esta columna mencioné que Sheinbaum Pardo ha mostrado una postura firme y digna frente a las bravatas, amenazas y locuras de Trump, pero tampoco puede estirar de más la liga y llegar a romperla, pues cualquier arrebato visceral del presidente americano podría traer pésimas consecuencias a México en materia económica, diplomática y hasta políticas y de seguridad.

Como un movimiento extremadamente calculado se deben tomar los señalamientos hechos por Donald Trump en el sentido de que el Estado mexicano, en todos sus niveles y poderes, está infiltrado por el narco y hasta cogobierna tanto a nivel federal, estatal o municipal.

Para nadie es un secreto que este apunte hecho por el presidente de los Estados Unidos es una realidad preocupante en nuestro país.

¿Qué ‘narcopolítico’ será sacrificado por Sheinbaum?
¿Qué ‘narcopolítico’ será sacrificado por Sheinbaum?

Sobre este tema, el secretario de Seguridad Pública en el estado, el vicealmirante Francisco Sánchez, la semana pasada declaró que fue en el gobierno de Tony Gali cuando los cárteles que hoy operan en Puebla, como CJNG, la Familia Michoacana, el de Sinaloa, Los Chapitos, La Barredora, Guerreros Unidos, entre otros, sentaron bases.

Pocos fuimos los medios y los periodistas que en su momento publicamos los visibles nexos entre el fallecido Rafael Moreno Valle y su sucesor José Antonio Gali mantenían con el CO, a través de sus operadores como Facundo Rosas o Alejandro Santizo, quien sigue preso por matar a dos elementos de la FGE, quienes iban a detener a un joven narcotraficante de Tecamachalco vinculado a una poderosa familia de caciques de la región y que hace muy poco presidieron el Ayuntamiento de dicho municipio.

Varios son ya los políticos que han caído por mantener vínculos con el CO en los últimos años vinculados al PAN y al PRI.

El más reciente y representativo de esta alianza entre narco y gobierno fue Genaro García Luna, la mano derecha del expresidente Felipe Calderón y quien estuvo a cargo de la estrategia de seguridad del país durante el sexenio del panista y, al decir de las acusaciones por las que hoy está preso, las negociaciones con los cárteles más violentos de México.

Ningún político ligado a Morena ha sido enjuiciado, hasta ahora, por nexos con el Crimen Organizado.

Sin embargo, esto podría cambiar en las próximas semanas.

Y es que la misiva firmada por Trump y sus acusaciones busca –entrelíneas– justo eso: que Claudia Sheinbaum entregue a una vaca sagrada con relaciones notorias con los cárteles del narcotráfico y que esté en pleno goce del poder.

Tres nombres sobresalen de inmediato: Rubén Rocha, gobernador de Sinaloa; Manuel Bartlett, exdirector de la CFE en el sexenio de López Obrador; y Adán Augusto López, coordinador de Morena en el Senado y exsecretario de Gobernación también en la administración de AMLO.

De más está ya mencionar las acusaciones sobre Rocha Moya, quien estaría involucrado con la detención de Israel “El Mayo” Zambada, con el asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén, y por mantener negocios y dotar de impunidad al Cárteles de Sinaloa y Los Chapitos.

Todos los momios apuntan a que será el mandatario sinaloense quien podría ser entregado por Claudia Sheinbuam como tributo a Trump, quien busca validarse de manera desesperada frente a sus electores.

Sobre Manuel Bartlett siempre ha rondado la sombra de ser un ‘narcopolítico’ y un vínculo de primer nivel entre el gobierno y el Crimen Organizado.

En septiembre del 2024, el gobierno de Estados Unidos desclasificó un memorando enviado desde la embajada en la Ciudad de México al director del FBI en marzo de 1986 sobre el caso del asesinato del agente de la DEA, Kiki Camarena, a manos del Cartel de Jalisco en el que Bartlett Díaz estaría vinculado.

No solo eso, el exgobernador de Puebla también estaría relacionado con desvío de recursos, lavado de dinero y operaciones con recursos de procedencia ilícita a su paso por la CFE a través de empresas ligadas a García Luna y su esposa Abdala.

La presidenta de México ha vetado de cualquier puesto a Bartlett y a su círculo compacto de colaboradores ante la animadversión y repudio que siente hacia el oaxaqueño por su larga estela de corrupción.

Por último está Adán Augusto López, otro de los grandes enemigos internos de Sheinbaum, quien fue acusado hace apenas unas semanas por el gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, al revelar que Hernán Bermúdez Requena, quien fue secretario de Seguridad Pública en los gobiernos del hoy coordinador de los senadores morenistas y Carlos Merino, de haber liderado el grupo criminal La Barredora, un brazo operativo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que tiene presencia en la entidad.

¿A qué vaca sagrada de la 4T sacrificará Claudia Sheinbaum para saciar el hambre de sangre de Donald Trump?

Algo está claro en la relación entre México y Estados Unidos.

Cuando los gringos piden algo, los mexicanos se los cumplimos.

¿Será?

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