Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Aunque el Partido Revolucionario Institucional se quedó bastante lejos de los 70 mil votos que le prometieron a Eduardo Rivera en la pasada elección de junio, el alcalde electo de Puebla capital está siendo bastante generoso con el expartidazo para transitar con ellos durante su gestión municipal que dará inicio el 15 de octubre próximo con miras a los comicios sucesorios del 2024.
Si bien Rivera Pérez y el PAN, en solitario, hubiera vencido a la alianza Morena-PT y su abanderada, la repudiada Claudia Rivera, el experimento de aliarse con el Revolucionario Institucional en las pasadas elecciones era necesario para medir los alcances de esta estrategia antinatura, pero pragmática, para vencer al lopezobradorismo en el siguiente proceso presidencial tras ser barridos en el 2018.
Para muchos, el tricolor le restó más a Acción Nacional de lo que le pudo sumar, pero para el equipo de Lalo Rivera, la alianza con los priistas tuvo resultados positivos, pues más allá del desprestigio que aún arrastra la marca, el Revolucionario Institucional mantiene todavía una estructura electoral, territorial y de movilización que sirve y mucho.
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En cuanto a los números, el PRI le aportó 45 299 votos, cifra muy lejana a los 70 mil sufragios a los que Néstor Camarillo se comprometió entregarle a Rivera Pérez. La gran vergüenza del pasado proceso fue el PRD, de Carlos Martínez Amador, que sumó la deprimente cantidad de 6 mil 243 votos.
El PAN, gracias al arrastre de Rivera, alcanzó una nueva votación histórica al registrar 213 mil 400 de los 300 mil votos totales que obtuvo el futuro presidente municipal de la capital.
Además, la idea de un bloque opositor contra la 4T y Andrés Manuel López Obrador sí permeó en el electorado al menos en Puebla capital y en la zona conurbada, puesto que hubo un voto de castigo en contra del presidente de la República, sus ediles y su partido que llevaron al PRIANRD recuperar las alcaldías de la Angelópolis, San Andrés y San Pedro Cholula, Coronango y Cuautlancingo.
Los electores de la capital sí vieron como una alternativa de contrapesos a la coalición conformada por el PAN, PRI y PRD, por lo que su reedición en las elecciones del 2024 parece inminente.
La realidad indica que Eduardo Rivera no le debe el triunfo del 6 de junio a nadie, pero sabe que para construir un proyecto estatal necesita conservar las alianzas que ya logró.
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Es por esto que el panista, quien ya es considerado el líder moral del partido albiazul por encima de Genoveva Huerta y sus siervos, está explorando la posibilidad de darle una o dos carteras del gabinete municipal al PRI.
Una de estas sería la secretaría general del Ayuntamiento la cual podría recaer en Karina Romero Alcalá, quien tiene asegurada una regiduría en el próximo Cabildo al formar parte de la planilla ganadora de Rivera Pérez.
La designación de la hija de la exalcaldesa Blancá Alcalá aún no está amarrada, pero este rumor es cada vez más frecuente al interior de los grupos cercanos al próximo presidente municipal de la Angelópolis.
Romero Alcala fue una de las mujeres más activas en las pasadas campañas no solo por la elección de la Comuna capitalina, pues la exregidora también hizo presencia en los recorridos de Mario Riestra, candidato diputado federal electo por el Distrito 11, de Puebla; y con varios candidatos a diputados locales por los distritos de la Angelópolis.
Sin duda, la priista, quien ha sabido aprovechar la estructura heredada por su mamá, fue uno de los activos del PRI que más le aportaron a Rivera Pérez en las elecciones de junio pasado.
Tampoco se puede perder de vista la relación que Karina Romero mantiene con uno de los principales liderazgos del tricolor, Jorge Estefan Chidiac, futuro coordinador del partido en la LXI Legislatura del Congreso del estado y quien fue su jefe en la Secretaría de Finanzas durante el gobierno interino de Don Guillermo Pacheco Pulido
Aunque la actual secretaria del Consejo Político del PRI cuenta con una formación académica que está más enfocada en el área de la economía para nada es una improvisada del cabildeo y la negociación política, requisitos indispensables para asumir la secretaría general del Ayuntamiento de Puebla, pues ya fue regidora en la administración municipal de Tony Gali y ha ostentando diferentes cargos al interior del Revolucionario Institucional.
La tarea del o la futura secretaria general del Ayuntamiento de Puebla para nada será fácil, pues Rivera Vivanco, con toda alevosía y dolo, incrustó en su planilla de regidores a perfiles bastantes cercanos para cuidarle la espalda en el famoso ‘cuarto año’ como el impresentable y corrupto Leobardo Rodríguez o Ana Laura Martínez Escobar, íntima de Eloísa Vivanco, madre de la actual edil.
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Eduardo Rivera aún tiene tres meses para conformar al equipo de trabajo que lo acompañará en su regreso al Charlie Hall. Mientras algunas posiciones ya están bastante perfiladas, hay otras que aún siguen analizándose.
La integración del gabinete, sin lugar a dudas, traerá varias lecturas del futuro político a corto plazo de Rivera Pérez, quien ya es un aspirante natural a suceder al gobernador Miguel Barbosa en el 2024.
Las piezas comienzan a moverse en el tablero riverista.